‘Caminando Fronteras’ asegura que tras días de “catástrofe humanitaria” en el norte de Marruecos, la Policía de ese país detiene la “caza” al inmigrante.
Cuatro subsaharianos demandantes de asilo que fueron arrestados en las redadas de la Policía marroquí en Tánger acabaron abandonados a las afueras de la ciudad de Fez. Un ciudadano solidario les ayudó a llegar a la estación e intentan pagar el transporte para regresar a su casa. Éste es solo uno de tantos casos que el colectivo ‘Caminando Fronteras’ –en defensa de los derechos de los inmigrantes– relata a través de las redes sociales y en los que se basa para asegurar que las autoridades del país vecino “no quieren demandantes de asilo y refugiados en el norte de Marruecos, aunque tienen derecho a la libertad de circulación”. Sólo esperan que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) “reaccione como debe, con fuerza y sin dudar”.
Esta “caza” a los inmigrantes en el norte de Marruecos se ha desarrolladas “empleando la violencia; sin respetar la documentación que les acredita su condición de refugiado ni respetar a embarazadas, ancianos o menores”, según este colectivo.
Las ONG reconocieron ayer que la Policía marroquí ha dado una “tregua” a estos grupos de africanos aunque desconocen cuánto durará. Esta “violación de los derechos humanos” se prolongó durante una semana en Tánger, Tetuán y Nador, estimaron las mismas fuentes. Las asociaciones sostiene que no han pasado por las comisarías, según dicta el procedimiento administrativo, y acaban “tirados” en la frontera con Argelia o a las afueras de las grandes ciudades como Fez o Meknés. Su objetivo, resumió Helena Maleno, portavoz de ‘Caminando Fronteras’, es que el norte quede “limpio de inmigrantes” y todos sean desplazados al sur, donde son menos visibles.
Aunque en Nador malviven en los bosques, esta defensora de los derechos del colectivo aseguró que en Tánger duermen en casas, en barrios de la periferia como Doha, donde los agentes rompieron las puertas para arrancarlos de sus hogares. “Es una catástrofe humanitaria”, sentenció.
Hasta el momento, contabilizó esta representante, “hay seis víctimas, entre ellos, un compañero congoleño murió hace unos días en el Hospital Mohamed V de Tánger después de una semana en coma. Mientras que cinco personas, nos contaba un compañero desplazado en Nador, murieron allí”.
Caminando Fronteras consideró que tras la reciente visita del rey Juan Carlos I a Marruecos, las relaciones bilaterales “pesan más que las convenciones internacionales y la legislación de los propios países, que se violan sistemáticamente”.
En los flujos migratorios, Maleno explicó que cada extranjero tiene su propio proyecto vital. En Marruecos, detalló, pueden encontrarse personas que han solicitado asilo, otros que quieren permanecer en el país como refugiado o estudiantes recién llegados y con su pasaporte en vigor que quiere iniciar sus estudios en este país.
Incluso las autoridades marroquíes, indicó Maleno, abrieron centros de detención para estos inmigrantes, uno en Berkan y otro a unos 60 kilómetros de Oujda.
Sin embargo, “esa bolsa es necesaria en el norte para el mantenimiento del negocio y para que Marruecos reciba ayudas de la Unión Europea (UE). Pedimos a ACNUR Marruecos y Ginebra que reaccione porque lo están sufriendo demandantes de asilo y no hemos visto que haya condenado la actuación de Marruecos”.
Unas 500 entradas en seis meses, el triple que en 2012
Durante los seis primeros meses de este año llegaron de forma irregular a la ciudad autónoma 500 inmigrantes, 358 de origen subsahariano y 142 con nacionalidad argelina. Estas cifras triplican, en el caso de los subsaharianos, y duplican, en el de los magrebíes, los números registrados durante el mismo periodo del 2012, cuando accedieron a Ceuta un total de 128 y 71, respectivamente. La práctica totalidad de ellos lograron su objetivo por la vía marítima, ya que la terrestre permanece estanca. Durante semanas, en las carreteras de Tánger, quienes circulaban por estas calzadas pudieron comprobar que numerosos grupos de inmigrantes se reunían en los arcenes para rogar por un pedazo de pan, como ya publicó este periódico. Algunos de ellos habrán cruzado a la ciudad autónoma, otros permanecerán escondidos en la zona norte de Marruecos o bien habrán sido desalojados en las redadas que denuncia el colectivo en defensa de los derechos de los inmigrantes, Caminando Fronteras.
Testimonios
Embarazada, en nador a ver a su hermana. “Tiene las cosas del bebé en Rabat pero fue detenida allí. Un papel acredita que es demandante de asilo pero está encerrada”
Discapacitado, problema en las piernas. “Una persona con movilidad reducida ha sido perseguida por la Policía. No siente una de sus piernas y estamos preocupados”.
Demandante de asilo, acreditación destruida. “Un nigeriano fue apaleado en Asilah. Las fuerzas de seguridad del Estado rompieron a otro su documento”
Encerrados, en el centro de Berkane. “La comida es insuficiente y a la gente le damos dinero de nuestro bolsillo para que puedan alimentar a los niños”