Trasplantes culpa de la nula donación de órganos a patologías, edad y prejuicios

La ONT registró la última en 2012, es decir, la ciudad lleva tres años sin realizar aportaciones.

España, líder mundial en donación y trasplantes desde hace 24 años, vuelve a batir un año más su propio récord y registra el mayor aumento en el número de donantes en la historia de la Organización Nacional de Trasplantes, lo que permitió alcanzar los 39,7 donantes por millón de población y un total de 4.769 pacientes trasplantados en 2015.
Ceuta, sin embargo, se encuentra en la cara opuesta de este acto de generosidad. La última donación de órganos data de 2012, de modo que ya son tres los años sin registrar extracciones. María Luis Centeno, coordinadora hospitalaria de trasplantes en Ceuta desde mediados de 2015, achaca la falta de donaciones, de por sí ya escasas con anterioridad a este período, a las patologías del posible donante, su edad y los prejuicios hacia esta muestra de solidaridad.
Ante su inminente participación en un curso sobre coordinadores en el que revisarán en común la mortalidad de las distintas áreas sanitarias, Centeno ha analizado las causas de fallecimiento en el Hospital Universitario para conocer “qué posibles donantes se nos podían haber escapado”. De su estudio concluye que “no ha habido un paciente que haya fallecido con las condiciones necesarias para ser donante”.
El aumento progresivo en la edad del donante es uno de los factores detrás de la ausencia de la cesión de órganos. “Han pasado de ser jóvenes con traumatismo craneoencefálico, casi siempre por accidente de tráfico, que por suerte han disminuido enormemente, a ser pacientes que rondan la cincuentena con accidentes cardiovasculares, ictus, hemorrágicos o isquémicos”, explicó Centeno. A esta dificultad para cumplir los requisitos se suman, prosiguió la coordinadora local, que determinadas edades suelen estar acompañadas de otras enfermedades como “hipertensión o diabetes” que producen una “arteriosclerosis con lo cual la vasculatura de cualquier órgano sería deficitaria y no cumpliría las garantías necesarias para que ese trasplante fuese de calidad”.
Con independencia de la presencia de estas enfermedades, Centeno apuntó a otra variable que explica la negativa a donar el órgano de un familiar: los prejuicios. “Existe opiniones morales, éticas y, sobre todo, el desconocimiento, que lo dificultan aún más, porque es una cuestión exclusivamente médica”, argumentó. De modo que, a su juicio, aún queda por delante una “gran labor” en España, y en concreto en la ciudad, de “formación e información tanto de personal sanitario como de la ciudadanía”. Centeno insistió en que el donante de médula es una “persona viva y sana que viene y se ofrece directamente, pero el donante de órganos es un individuo que forzosamente tiene que dejar muy claro en su entorno que es donante porque, llegado el momento, no tiene voz ni voto”.
A pesar de la cifra deficitaria en órganos, la coordinadora local de Trasplantes recordó que los donantes de médula crecieron un 25 por ciento en la ciudad autónoma en 2015. Una tendencia que valoró puesto que supone que una persona viva y sana ofrezca la posible donación a un enfermo.

El helicóptero está adaptado y no es óbice la distancia

La coordinadora hospitalaria de trasplantes descartó que la nulidad local en la donación de órganos pueda deberse a la localización geográfica de Ceuta y sostuvo que el apoyo que reciben de Málaga es absoluto. Además, el helicóptero sanitario está preparado para el traslado de órganos aunque, señaló Centeno, en cuanto a plazas de personas tiene poca cabida. La distancia con la península tampoco es un obstáculo porque, puntualizó, “hay ofertas de órganos sin receptor compatible en España que se han enviado a Portugal o Francia”. No obstante, recordó que tienen una “supervivencia” de pocas horas y el tiempo siempre es crucial.