Tras esa mustia sombra

Dijo aquel poeta cuando ya no era ni creído por el mismo, “si yo creyera”. Para culminar con el resto de su masa encefálica, “Deja una frase en el espejo, una letra que mime palabras… ¡anclado en lo sentido!”. Hoy día, muchos de nosotros, permitimos con desidia y desesperación que, algunos o muchos contrarios a nuestras ideas, se muestren perdidos en su pena, haciendo manifestaciones vulgares cuando, en su desesperación, se arrastran por algunos medios de comunicación como vil y necio desangrado. Son esas gentes a los que la sociedad deprecia por muchos motivos, especialmente por su negatividad y soberbia. Son personajes mutilados de sentimientos y ciegos de conciencia, llevando cargada como yunque la “Cruz de Cristo”, cayendo tantas veces que no se atreven a no entender esos mundos en los que viven, conscientes de que ya le dijeron que su perpetuo declive no se tergiversa, pobres que ya se dejaron el olvido en el cajón. Encasillar a estos abruptos mercaderes que, habitualmente merodean las cloacas de la maldad, no es algo que a cualquier escritor le guste en demasía. Son tan inválidos mentales que dicen con efusividad que, ellos, no creen en nada. Su podrida voracidad se multiplica con esas manifestaciones cargadas de odio que, como es de suponer, perdidamente no permiten que el sueño los abrace. Pero algunos medios de comunicación les ríen las gracias, es la información que necesitan sus páginas para que puedan subsistir. Por lo tanto, se conforma la unión de un pobre trabajador buscando cualquier información y, por otro lado, el banderillero de la turba se acoge a su necedad, cambiándole su fisonomía hasta convertirse en la sabandija de la lujuria. Debíamos silenciar la voz de aquel usurero que ya no tiene palabras, voz y voto…

Muchas de esas personas llevan años sin mirarse en el espejo, fundidos por esa vanidad que les fulmina. Tienen el espejo tan alejado que se desconocen cuando, se maquillan, sus pérfidos semblantes. Son los murciélagos mugrientos en su basura cotidiana, partes integrantes del mundo que desprecian porque el mundo “ya los desprecia a ellos”.

No hay mejor enseñanza que la que te proporciona “la ley del espejo”. Es la forma mas constructiva de verter ánimo, comprensión, sensibilidad, responsabilidad, entendimiento, razonamiento, perfeccionamiento, aprendizaje… a todos sus insultos, sus agresiones, la respuesta es comprender y aprender de todo lo que el insulso te proporciona. Es hacerlo tuyo para desarrollarlo en proporción y saber lo que no debes hacer en ningún momento. Si una persona califica a otra de racista, no se da cuenta de que, el verdadero racista, es él. Pero a pesar de ello, el insultado debe impulsar su motivación y enseñarse que esa persona lo que está haciendo en proporcionarle estabilidad porque, como cuestión incuestionable, “lo que no me gusta de ti, lo corrijo en mi”.

Cuando observamos y escuchamos por parte de algunos políticos que el Partido Político VOX se mueve, en ocasiones, muy cercano al odio en sus manifestaciones y argumentos, nos demuestra a cada momento que los poseedores del odio son ellos. Y esa es la realidad degenerativa de estos seres humanos, pertenecientes a partidos políticos que perdieron la credibilidad, que se ufanan en la desmemoria de un trayecto cada vez mas oscuro, y que no se dan cuenta de que sus fechorías parlantes les resta potencia y por el contrario, ofertan votos y credibilidad al partido ofendido, haciendo del espejo la maquinaria, la auténtica maravilla de hacer un trabajo objetivo y conveniente. Por el buen comportamiento del partido que ahora se sujeta en sus argumentos, es decir VOX, grupo que no hace escraches, insultos, amenazas, desprecios, y por el contrario son otros partidos quienes quieren matizar la radicalización, partidos contrarios al bienestar de los españoles, aludiendo de una manera concreta al desagravio que les hace perder su ideología y su versatilidad.

Aunque el enemigo pulule por los entresijos malignos del propio partido que aboga por el sentido común, que se envuelve en la Bandera roja y gualda, que reitera su amor a la “Siempre viva España”, y que deja en pañales a estos paletos de la política, extremistas, farsarios, mamporreros, inútiles… desconocen los beneficios que otorga La ley del espejo.

Aquel poeta del inicio se dejó decir:-“Deja que no se duerma la letra, que no sea un sueño, que no llegue a ser olvido”-.

Viva VOX, Viva España… por una España libre, únete a Vox, “el verde”.