Categorías: Colaboraciones

TRAS 46 años, recuperó la Libertad

Estrenamos en Febrero, y mi ordenador al comenzar a escribir mi habitual artículo de historia, me ha sacado una copla de carnaval y se ha puesto de salvapantallas una cortina de papelillos, ósea, que hasta el domingo 9 de marzo, se declara insumisa para escribir algo que no sea carnaval, por lo tanto sólo escribiremos de la historia del carnaval, y en ello estamos. Tendríamos que comenzar por el renacer del carnaval en 1983, tras 46 años de condena, y censura. El Ayuntamiento, en aquel momento todavía no teníamos el rango de Ciudad Autónoma, dispuso de toda la maquinaria y la corporación presidida por Ricardo Muñoz, puso al frente de este entramado al concejal Juan Lázpita. Se fijaron los días 25, 26 y 27 de febrero y el antiguo cuartel de Sanidad (Hoy en día lo que ocupa el teatro del Revellin), sirvió de encuentros para las mascaras y el cine Terramar, como improvisado teatro para que cantaran las agrupaciones.
El día 26 se celebró la cabalgata, y tal como ocurre actualmente, fue todo un éxito, se pudo contar por kilómetros los participantes en esta caravana multicolor, podríamos recordar algunos grupos como “Los Biberones” (Grupo Orozco) con la apertura de la verja (1º premio); “Entierro de Rumasa”, Paco Moreno (Reportero de TV), Tutam-Jamón y tantos otros. Al concurso de agrupaciones se dan cita cuatro grupos, una comparsa “Renacimiento Caballa” y tres chirigotas “Las Momias currantes”, “El Séptimo de Michigan” y “Los presos diarios de la cuarta galería”.
Para entender el carnaval ceutí hay que conocer su historia, recorrer sus plazas y rincones llenas de gente y colorido, sumarse a la fiesta conviviendo con el pueblo en las calles. Porque en Carnaval cada uno puede ser lo que desee, puede ser bailarina, policía, vampiro, oso o marciano, se puede ser lo que la imaginación les dicte.   
El Carnaval ha evolucionado a lo largo de la historia, evolución marcada por los cambios que ha sufrido la sociedad  ceutí, sus inicios, allá por finales del siglo XIX, los bailes y fiestas se organizaban de forma privada por la burguesía local y en las distintas sociedades de tipo recreativo y militar.  En la década de los años veinte del siglo pasado, comenzaron a organizarse las Murgas y con ello las coplas que han llegado hasta nuestros días. Tras la sublevación del 36 el carnaval fue prohibido. Pero los ceutíes no permitieron que le arrebataran su fiesta, y la celebraron de forma callada. De todo esto la familia Orozco, dio buenos ejemplos, así como los numerosos murguistas como Roque Guerrero, Mariano Puig, Jose Pozo, José Moreno, Vilches,  Joaquín Navarro y tantos otros que se reunían en una vieja bodega del Callejón del Lobo "La Levantina", o en el patio "La Tahona", para seguir cantando sus coplas. Tras la restauración de la fiesta en 1983, nuevamente el pueblo disfrazó al propio carnaval para que pudiera seguir vivo.  En la actualidad los distintos grupos pasean con orgullo el nombre de nuestra ciudad por diversos lugares de la península concursando, estos durante todo el año preparan  sus coplas y disfraces, desde el banquero hasta la oficinista, el médico, el ama de casa, la abogada o el cartero ensayan incansablemente para estar preparados. Estos son, sin duda, los verdaderos protagonistas del carnaval, los que con total dedicación se preparan para que todo esté a punto.

En 1973, la murga ‘KAOS’, de Andrés Peña

En 1973, el que después sería un gran autor y director de comparsas Andrés Peña, organizó junto a otros jóvenes, tenía 14 años, estudiantes del antiguo Instituto Nacional de Enseñanza Media (Siete Colinas) se reunieron para organizar un grupo con ganas de divertirse. Andrés Peña gran conocedor de los carnavales de Cádiz, trasmitido por el conocimiento que tenía su padre, pensaron en organizar una murga, como las antiguas de Ceuta, pidieron permiso al director del centro Jaime Rigual y este no puso obstáculo ninguno siempre que le presentaran las letras antes de cantarla, para dar el visto bueno. Como Murga Kaos, participaron en muchas fiestas. También participaron en la cabalgata de feria de las Fiestas Patronales, en 1976 se llamaron en ese año “Los platanitos caballas”. En 1978 un partido político los contrató para cantar por barriadas. En su libro "El disfraz de mi comparsa” narra como fueron los comienzos de esta murga KAOS: “Sobre el nombre se barajaron varios. No éramos capaces de ponernos de acuerdo y alguien calificó la situación como de desastre; que hacíamos de todo y todo era un verdadero caos, y Luís dijo...  Ya lo tenemos, seremos “La Murga Caos”. Nos quedamos un poco fríos porque el nombre no entraba en nuestros planes pero, al analizarlo más detenidamente, nos gustó. Tan solo sustituimos la “C” por la “K” para darle un matiz más informal y de esta forma nos dimos a conocer”. Después de celebrarse el Festival en el Instituto como bien dice su director: "La fama de la Murga traspaso los muros del Instituto, manteníamos intactas nuestras ilusiones y acudíamos donde nos llamasen. De repente nuestro primer contrato formal. Nos propusieron actuar en una elección de la Maja de Ceuta que se iba a celebrar en la sala de fiesta “El Candelero”, en el Hotel La Muralla".

Primer premio en 1983, ‘Los presos de la Cuarta Galería’

Ean aquel lejano 1983, la chirigota del Mixto, liderada por Valeriano Hoyos, fueron “Los presos diarios de la cuarta galería”. Ensayaron muy poco, el bombo y la caja pertenecía a la “banda del Asilo”. La inversión fue muy ventajosa, ya que con un presupuesto 9.500 pesetas ganaron el primer premio de 30.000. Al año siguiente fueron “Las marionetas de la cuerda floja”, la primera vez que usaban las guitarras, el presupuesto fue algo superior pero no mucho. Compraron bombo y caja, eran en realidad una chirigota totalmente callejera y fueron el segundo premio. En 1985, “Los pintores de la brocha gorda”. En ese año ya se les unió Juan Cepero, el célebre "Juan Bolillo". En 1986, “Nos tocó el gordo”, ese año fueron primer premio. Al año siguiente “Mariano Lambreta y el pelotón Majareta”. En 1988, descansaron como grupo, y algunos se unieron a la comparsa de Andrés Peña “Pasión Loca”. En 1989 “Sálvese quien pueda...”.
En 1990, “Tarzán chita y un puñado de chiribitas”, todavía recordamos a Valeriano de Tarzán, chirigota muy callejera, con una gran presentación. En 1991, se fueron de mochila: “El 31 de octubre por la noche te tomas una tila que al día siguiente es la mochila”. La mochila como al final la conocíamos. Después de barajar muchísimos tipos se les echaba el tiempo encima y tuvieron que improvisar con éste. No ensayaron mucho, pero creo, para mi gusto, que ha sido uno de los mejores pasodobles que ha llevado esta agrupación. Mucha garra cantando y un popurrí que, si bien no era de los que propiciaba la carcajada rotunda, era una historia contada y cantada, segundo premio.
Y en esto llegó Paco Fraiz y sacaron la chirigota “Los Amigos de Fray Paco” esto fue en 1992, Valeriano Hoyos nos recuerda aquellos momentos en la Ciudad: “Joder... hasta los políticos me mandaron un emisario para que no cantara cierta canción, pero sólo por eso (y porque era buena, claro está) la incluíamos en la final. Los frailes, de colores, con rosarios hechos con bolas de bingo y escapularios con la foto de Fraiz, Cantos gregorianos en los cuplés y un popurrí de tonterías que llegó bastante. Fue el primer premio de ese año. En 1993 “Tar como zemos”, el programa de Tate Montoya donde invitaron a nuestra Ciudad.
En 1994, cambiaron de modalidad, pasándose a comparsa. Fueron “El Fantasma de la Opera”, un gran giro. Después de la preocupación que tenían por cantar mejor era lo natural. Además quisieron quitarse la presión que había en la chirigota. Fue un año de aprendizaje y no tuvimos premio porque no existió concurso oficial. En su lugar se organizo un festival paralelo que se organizó en el Cine África como protesta por celebrar el concurso en una carpa. En 1995 “La Cantinela”, el tipo de hippie con aquel muñequito amarrado a su guitarra. El concurso volvió al cine África y quedaron terceros.
En 1996, “La lluvia”, los indios y su danza, con una gran presentación causó impacto y fueron primer premio. En 1997, “Al sur del sur”, lo más olvidado de lo olvidado, con un estrecho que si bien nos bendice también nos ahoga, decían ellos en sus coplas. Los trajes típicos una alambrada que simbolizaba el estrecho con pancartas de la autonomía colgadas y olvidadas. En 1998, “Los equilibrista”, con una gran presentación con aquellos malabaristas, fue una comparsa muy divertida que alcanzó el primer premio.
En 1999 no salieron y al año siguiente con “La hora de los valientes”, volvieron al concurso de Cádiz. Fueron con toda la humildad que hay que ir y le respetaron, tanto es así, que se metieron de lleno en semifinales. En Ceuta fueron primer premio. En el 2001 “La fiebre del oro”, volvieron a Cádiz, pero esta vez no llegaron a semifinales. Fueron primer premio en Ceuta y en Algeciras. En el 2004, “Los Whisky a Gogo”, fueron murga callejera.

En 1972, ‘Roque y sus Majos’

En 1972, se celebra en Ceuta la elección de Maja de España, el gran historiador Alberto Baeza, por aquel entonces formaban parte de la comisión organizadora y al ser una persona conocedora y estudiosa de nuestro asado, sugirió el rescatar aquellas murgas de los años treinta. Nuevamente se reunieron después de casi cuarenta años  ensayaron en Radio Ceuta (SER), en las antiguas dependencias de la calle Salud Tejero, confeccionaron dos libretos con las coplas, y estas volvieron a sonar por el Rebellín,  con algunos años más, pero con las mismas ilusiones que cundo tenían veinte años. Cantaron por las cafeterías, plazas y calles, pero los jóvenes al verlos pasar no sabíamos quines eran y que significaban las palabras, murga, tres por cuatro, presentación, cuplé… Los murguistas que volvieron a salir fueron: Roque Guerrero del Peñón, Enrique Lara y José Moreno como letrista, los músicos Francisco Laserna, Enrique Lara, Antonio Vilches, Antonio Lara y las voces de San Vicente, J. Manuel García, Rafael Lara, Roque Guerrero. Barranquero, Juan Pozo y Manuel Prieto.  También en esos años debemos recordar a los bailes en casa particulares como los organizados en el chalet de la familia Orozco en el Recinto. Hace años Rafael Orozco Rodríguez-Mancheño, nos lo relató: “A mediados de los años sesenta, organizábamos bailes en el chalet de mis padres con mis alumnos y también participábamos en los organizados en otros centros como el del Centro de Hijos de Ceuta, y los jóvenes se disfrazaban en el chalet y de allí íbamos en coche al Centro y una vez terminado el baile teníamos que repartirlos en una furgoneta a sus respectivos domicilios, ya que no se podía ir por la calle disfrazado.

 

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