Trampas a pie de carretera

Pasos de peatones con una visibilidad escasa, plantas demasiado altas que terminan por convertirse en el peor de los enemigos para los conductores, cruces convertidos en particulares puntos negros debido a la ausencia de señalizaciones viales que aporten la necesaria seguridad al peatón... y así una hilera de trampas para el ciudadano en su transitar por una ciudad en la que las medidas de seguridad vial no son las más adecuadas.

La Consejería de Gobernación lo sabe. Es consciente de que existen múltiples deficiencias y necesidades en distintos puntos de la ciudad; todas ellas quedaron reflejadas en un informe que ya obra en poder del área de Fomento para que, dentro de las competencias que sí son propias de la Ciudad Autónoma, se actúe en consecuencia. En este ámbito también tiene mucho que decir la administración central, encargada de garantizar la señalización adecuada en las vías que están bajo su competencia.
En la hilera de accidentes de tráfico que se producen en la ciudad y que se saldan con el atropello a un peatón juega un papel importante la visibilidad de la que dispone el conductor para poder reaccionar a tiempo en tramos en los que la velocidad no sea elevada. Hay puntos en los que por mucho que un conductor circule como es debido, la reacción que puede tener para evitar un atropello a un peatón queda mermada por otros factores añadidos: contenedores ubicados en donde no deben, plazas de aparcamiento situadas y permitidas justo en cruces de salida de vehículos y pasos de cebra o una vegetación descontrolada son algunos de ellos.
Un recorrido por la ciudad deja asomar los puntos negros que todavía no han sido enmendados a pesar de que sí son señalados en los informes oficiales elaborados. Hay algunos tan evidentes que no hace falta siquiera que la Policía Local alerte sobre ellos. Cualquier conductor se ha visto condicionado por su presencia e, incluso, en algunos de estos puntos se han llegado a producir accidentes graves.
La amplia mayoría de los pasos de peatones carecen de una señalización vertical que ayudaría a advertir a un conductor sobre su presencia; un factor que se completa con que se haya permitido la habilitación de pasos que funcionan como tal pero que no son legales puesto que no están recogidos como señalización correcta al no cumplir ni con el color (líneas blancas) y forma exigidos. Éstos suponen una trampa al conductor además de que siguen provocando despistes entre los peatones que desconocen si tienen o no la prioridad de paso. El caso más llamativo se produce a la altura de Telefónica, en donde hay hasta tres puntos de pase peatonal sin la señalización adecuada, lo que termina provocando auténticos colapsos de tráfico y ha dado pie a más de un atropello. A pesar de ello, nada se ha hecho todavía para adaptar esos pasos a la regulación más adecuada. No se cumple con la legislación a la vista de todos, pero la confusión se convierte en algo admitido y a su vez permitido por todos. Sucede lo mismo con aquellos pasos que, siendo elevados, no existe advertencia sobre esto.
En pleno centro asoman zonas en las que urgiendo la necesidad de pasos de peatones éstos aún no han sido marcados. Sucede por ejemplo en el enlace entre el IES ‘Luis de Camoens’ y el centro ‘Miguel Hernández’, en donde amén de no existir los pasos adecuados tampoco se han colocado bandas reductoras de velocidad para frenar la caída de los vehículos que descienden de la carretera que enlaza con el centro de salud del Recinto. La isleta peatonal construida entre ambos centros termina siendo ocupada por los vehículos ante la falta de aparcamiento existente. A pesar de las multas interpuestas, dicha isleta se ha convertido en otra zona de aparcamiento más.
La construcción del polideportivo Guillermo Molina, también situado en pleno centro de la ciudad dejó otro punto ciego, ya que los pasos de peatones o carecen de señalización vertical o simplemente ni existen para, por ejemplo, comunicar la salida de dicho pabellón con el Recinto Sur, que se ha convertido en uno de los viales más transitados por escolares, sobre todo por los que descienden desde esta barriada hacia el IES Camoens o en dirección al CEIP Lope de Vega.
Los bajos de la Marina sí disponen de señalización e incluso de resaltos para evitar las antiguas carreras de coches, pero los pasos de cebra se encuentran prácticamente ‘comidos’ por la vegetación del lugar hasta el punto de que un conductor no puede ver al peatón hasta que no ha llegado justo al punto de cruce. La cercanía de un parque infantil y deportivo convierte esta zona en uno de los puntos negros por excelencia.
Lo mismo sucede en otros lugares como el Sardinero o el puerto, en donde existe un choque frontal entre la visibilidad de conductor, peatones y la jardinería existente hasta el punto de que ésta última se convierte en una auténtica trampa para la circulación con seguridad; guinda completada con la salida del puerto deportivo para comunicar con el paseo de las Palmeras, ruta transformada en algo imposible.

En la barriada de hadú
Los aparcamientos impiden percibir la salida de los transeúntes

Esta imagen está situada en la avenida de Otero, en plena llegada a la barriada de Hadú. Para un peatón resulta imposible hacerse ver cuando hay vehículos estacionados en el lugar que eliminan cualquier visibilidad. Hay muchos cruces como éste en donde se permite el aparcamiento pero que terminan convirtiendo la zona en un punto negro. Si en vez de un turismo estaciona una furgoneta, resulta inviable ver al peatón cruzar por el lugar con lo que la inseguridad es mayor.

Señalización vertical, ¿con utilidad?
La velocidad, las zonas faltas de visibilidad... accidente seguro

En zonas como la subida al Polígono o en puntos concretos como en el que se ubicó ‘las manos del Medinaceli’ asoman zonas de nula visibilidad, provocadas bien por la vegetación o bien por las propias construcciones que se han cargado la posibilidad que tiene el conductor de apreciar cuándo el peatón va a cruzar. Si a esto se le suma la velocidad con la que, en algunos casos, se suele circular por la zona, da pie a la generación de accidentes de tráfico como se han producido.

Visibilidad imposible
Pasos de peatones construidos entre plazas de aparcamiento legales

En varios puntos de la ciudad se producen casos como éste: aparecen pasos de peatones en donde se permite el aparcamiento de vehículos, lo que viene a imposibilitar el tránsito de las personas y la apreciación de éstas por parte de los conductores. Hay zonas en las que, además, existe una salida de aparcamiento cerrado, lo que viene a incrementar aún más la inseguridad en el lugar. No hay señalización vertical que alerte de este paso que queda ciego.

Puntos negros
Pasos que no son legales, otros a ras de carretera y zonas descubiertas

La comunicación de los jardines de la Argentina con las Murallas Reales se convierte en un punto negro debido a la gran velocidad de los vehículos y a la deficiente salida existente. Aquí ha habido accidentes incluso mortales. En otros puntos como el paseo del Revellín se permiten pasos ilegales y en otros, ni hay.

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