Tragsa no quiere repetir los errores cometidos en la primera rehabilitación del antiguo vertedero de Santa Catalina, en Ceuta, que se anunció como su transformación en un vergel y ha acabado siendo un erial entre otras cosas porque, según han advertido los análisis efectuados de la intervención original, se puso poca y mala tierra.
El medio propio, al que la Ciudad Autónoma ha encargado la restauración de la zona, ha sacado a licitación la compra de más de 12.000 toneladas de tierra vegetal “de buena calidad”, así como su transporte en barco desde Málaga.
Ambos contratos han salido a licitación por algo más de 425.000 euros. El transporte de la tierra costará previsiblemente (el presupuesto base de licitación roza los 214.000 euros) algo más que su adquisición (212.479).
El servicio de traslado en naviera de hasta 12.000 toneladas de tierra vegetal desde el puerto de Málaga hasta el de Ceuta incluirá tanto la recepción del material como el embarque y la estiba en los muelles de origen, así como la desestiba y descarga en la ciudad autónoma.
En lo que al material ser refiere Tragsa quiere “tierra vegetal cribada” de “buena calidad” con una textura “franco arenosa” (es decir, con un 60% o 70% de arena) que tenga un porcentaje de materia orgánica de al menos el 3%, un pH neutro y una granulometría “de menos de 5 milímetros”. Se deberá suministrar “bajo pedidos parciales según necesidades de obras” y el acopio se hará “de forma que no interfiera el normal desarrollo de las obras”.
El Gobierno de Vivas ha encomendado a Tragsa rehabilitar el Parque Periurbano de Santa Catalina por 4,06 millones para dar a los 60.000 metros cuadrados de superficie diana “los valores ecológicos y recreativos que las actuaciones previas no lograron”.
El primer paso prevé que se aportarán y extenderán suelos “para crear una capa superficial con características fisicoquímicas adecuadas y espesor suficientes para el arraigo y desarrollo de la vegetación”.
Materiales “degradados” y en poca cuantía
Según los técnicos de Tragsa que en 2017 analizaron las razones del fiasco de la primera rehabilitación de Santa Catalina y la interpretación que de su informe hicieron los biólogos de Obimasa, en Santa Catalina la adjudicataria de la segunda fase de ejecución de la restauración de la zona, ‘Intervías’, depositó tierra “degradada” en una cantidad insuficiente que, además, la escorrentía de aguas pluviales ha eliminado con el paso del tiempo.
Técnicas de bioingeniería, especies viables y nuevos viales
Tragsa prevé añadir tierra con enmiendas orgánicas para mejorar la fertilidad del sustrato. A día de hoy “los suelos se encuentran degradados y con un bajo porcentaje de materia orgánica” y “los datos de profundidad son bajos e irregulares”, supuestamente también por la acción de “fenómenos de erosión y escorrentías”. El objetivo será “incrementar la fertilidad del sustrato y mejorar sus propiedades físicas (estructura, capacidad de retención de agua, aireación…) con fertilizaciones químicas que generalmente contienen nitrógeno, fósforo y potasio en distintas proporciones, más otros constituyentes, como el magnesio.
Como propuesta frente a la pérdida de suelo, principalmente en las zonas del talud, Tragsatec ha planteado recurrir a técnicas de bioingeniería como mantas y mallas orgánicas y geoceldas que se utilizan fundamentalmente como protección frente a la erosión hídrica y eólica.
La “revegetación” se hará con especies que se consideren viables para ese entorno (actualmente se están evaluando las ofertas presentadas para su suministro por casi 160.000 euros), particularmente azotado por la salinidad del mar y el viento. La actuación concluirá con la “revisión y restauración de elementos del parque que puedan encontrarse deteriorados: viales, cunetas, obras de paso, mobiliario e instalación de riego”.
Otro agujero que sumar al hotel y los autobuses.
Florecerán los campos así? He ahí la cuestión.