La Guardia Civil recuperaba en la tarde de ayer el cuerpo sin vida de un varón en el mar, a la altura de Juan XXIII. Un hombre desnudo, que llevaba bastante tiempo a merced de un oleaje que esconde cuantiosas tragedias.
El Instituto Armado, a través de los componentes de Policía Judicial, harán lo posible para dar con una identificación que se antoja complicada, toda vez que, a falta de la concreción del forense, esta persona llevaba bastante tiempo muerta.
Durante las últimas semanas se ha denunciado la desaparición de adultos y menores en el mar. Sus familias han pedido colaboración para dar con ellos al perder sus rastros en ese intento por bordear los espigones.
El paso del tiempo se convierte en lo contrario a esa esperanza mantenida de poder, al menos, saber si ese familiar murió o no. Es importante, porque no hay peor dolor que no poder cerrar ese ciclo del duelo.
El Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil hace todo lo posible por identificar a estas personas, pero para ello resulta clave que haya denuncias. Es importantísimo concienciar a las familias para que denuncien y aporten muestras de ADN, al objeto de conseguir, así, al menos cerrar esas historias.
Ceuta, en plena frontera sur, está expuesta a ser testigo de unos dramas que, desgraciadamente, no cesan.