No hay duda de que ella era una de las
personas más conocidas de Ceuta. Y hablamos en pasado porque, a causa de la edad y diferentes problemas encadenados de salud, la popular Carmen Orozco eligió este 9 de julio para decir adiós al mundo terrenal. Nadie duda de que irá a un lugar mejor, a ese en el que tanto creía y por el que tanto rezaba, como gran devota que era. Su despedida, según han confirmado los familiares a El Faro será esta tarde desde las 18.00 horas en el velatorio municipal.
Le echarán de menos sus hermanos y sobrinos, a los que tanto adoraba. Soltera, Carmen era una de las diez hijas de don Adolfo Orozco y doña Serafina del Olmo quienes, junto a su larga prole, han sido desde hace décadas los integrantes de una de las familias más conocidas y populares de la ciudad. Para ello ha contribuido su gran vinculación con las tradiciones locales, como la Semana Santa y el Carnaval. De hecho, Carmen fue una de las pioneras de los primeros años de reinstauración del
Carnaval de Ceuta cuando, en aquellos años 80, se formó el grupo de ‘Los Biberones’.
Por otro lado, en el mundo cofrade, su fe la llevaba a vincularse y colaborar con cuantas cofradías le necesitaran. Su mayor apego fue con El Descendimiento, pero también fue miembro de Las Penas y, sobre todo, era gran devota de la patrona Santa María de África. En 2018 incluso el
Consejo de Hermandades y Cofradías la reconoció como con el título de ‘Cofrade Ejemplar’.
Casi siempre junto a su inseparable hermana Laly, ambas vivían juntas en Delgado Serrano, en pleno centro de la ciudad. Se acompañaban, se ayudaban y paseaban siempre atentas, saludando a cuantos, a cada paso, se encontraban. No faltaban esos ‘ratitos’ de descanso en alguna terraza, especialmente en ‘Las Columnas’ donde les gustaba tomarse una que otra tapita regada con un vinito.
Por su delicado estado de salud, en los últimos días toda la familia Orozco, y especialmente todos los hermanos que siguen con vida (Adolfo, José Luis, Juan, Manuel Jesús, Laly, Francisco Javier) estaban en alerta. Siempre con fe en Dios, se conocía que su estado era complicado. Pero Carmen falleció en casa, tranquila, junto a quienes le quisieron, apreciaron y cuidaron siempre.
Nadie de que alguien como ella debe estar, ahora mismo, en un lugar mejor. Oraciones por Carmen y, de antemano, el agradecimiento de toda la familia Orozco en estos momentos de pesar por su ausencia pero seguridad de, allá donde está, sigue sonriendo y ayudando a quienes necesiten de ella.