Los trabajadores de la empresa de
autobuses Hadú-Almadraba siguen sin cobrar. La empresa de Ceuta les adeuda la paga extraordinaria de marzo, que debería haber llegado a sus cuentas bancarias el día 15, y la correspondiente a este mes de abril, que parece que tampoco va a llegar. Esto hace que, si la empresa no lo remedia, el próximo lunes los ceutíes no vayan a poder coger el autobús y es que los empleados amenazan con seguir adelante con la
huelga y paralizar el servicio, sin mínimos.
El portavoz del Gobierno, Alberto Gaitán, destacaba ayer el papel de la Ciudad como “intermediaria” en el conflicto para terminar cuanto antes con este problema al que los trabajadores se enfrentan “cada dos o tres meses”. Y es que, el portavoz señaló que no es el Gobierno quien tiene que garantizar que los empleados de la empresa de autobuses cobren, sino que es la propia empresa quien tiene que proceder al ingreso de las nóminas.
Una versión que José Antonio Blanco, presidente del
comité de empresa, ratificó en declaraciones a El Faro de Ceuta. “La Ciudad tenemos constancia de que están trabajando en el tema para que se solucione porque se han puesto en contacto conmigo varias veces esta semana y con la gerencia de la empresa, y ha habido un intercambio de opiniones. Me consta que, incluso, el presidente de la Ciudad está implicado en este problema y están en vías de solución”, explicaba.
“La huelga sigue adelante porque tras esos contactos no se ha llegado a nada”
Sin embargo, si la solución “no llega a tiempo antes del lunes, habrá huelga”. “La huelga sigue para adelante porque tras esos contactos no se ha llegado a nada y no van a pagar a tiempo las nóminas. Entonces, la huelga se mantiene si no hay otra novedad”.
Para desconvocarla haría falta “como mínimo” que se pagaran esas dos nóminas, aunque el ambiente “está caldeado” y “muchos trabajadores insisten en paralizar el servicio indefinidamente, incluso sin servicios mínimos, y obligar así a la empresa a tomar cartas en el asunto ya que ha dicho que no tiene solvencia y que no puede pagarlas”.
Lo cierto es que se trata de una problemática enquistada en el tiempo “desde que se adjudicó el servicio a esta empresa”. “Lo que no puede ser es que los trabajadores tengamos que estar diciendo que hay huelga cada vez que se nos deja de pagar una nómina. Esto tiene que terminar y, si es necesario, pues que se busque otra empresa o se municipalice el servicio o se haga lo que sea para solucionarlo, pero esto no puede continuar así”, concluía José Antonio Blanco en declaraciones a este medio.
Lo cierto es que, si todo sigue igual, los grandes perjudicados serán los ciudadanos, que nuevamente tienen que pagar con estos cortes en el servicio hasta que vuelva a retomarse y que tantas molestias ocasiona en el día a día.
Los alrededor de 25 trabajadores que permanecen sujetos a ERTE viven una situación aún peor. Con la reducción del número de líneas y la frecuencia del servicio, estos conductores se ven con un píe fuera de la empresa y con la esperanza de poder reincorporarse pronto.Una reducción del servicio que no solo es un perjuicio para los trabajadores, sino para quien más necesita de los autobuses, los usuarios.