Los maestros que se jubilan este año fueron homenajeados por la Ciudad en un acto en el que se les hizo entrega de la insignia de Magisterio
Han dedicado su vida a la enseñanza y ahora se jubilan sabiendo que detrás de toda una carrera profesional han pasado numerosos alumnos a los que han formado, enseñado y educado para convertirlos en ciudadanos ejemplares. Los maestros de Primaria y de Secundaria recibieron ayer un homenaje por parte de la Ciudad, que reconocía así su dedicación a la enseñanza.
Los homenajeados recibieron la insignia de Magisterio en reconocimiento a su carrera de manos del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, el director provincial del MECD, León Bendayán y el consejero de Educación, Javier Celaya.
En representación de sus compañeros de Primaria, José Luis Jordán, hizo un recorrido desde los inicios de la carrera profesional de los homenajeados. “Aprendimos ortografía, a hablar y escribir correctamente, nuestros libros eran de lectura, con menos dibujitos que ahora. Salimos con un bagaje importante y empezábamos a romper con un sistema educativo tradicional”.
Jordán subrayó el interés de los maestros por ser “agentes activos del proceso de enseñanza” en el que han llevado a cabo distintas funciones, entre ellas el de progenitor. “¿Cuantas veces hemos ejercido de padre o madre oyendo sus problemas y ayudándoles en lo que hiciera falta?”.
La nota reivindicativa de su discurso se produjo con una pregunta lanzada al aire: “Vinieron muchas leyes que intentaban modificar el sistema educativo. ¿Para cuando una ley de educación duradera en el tiempo? Sin vaivenes políticos y realizadas por los profesionales de a pie”.
El homenajeado ha resumido la tarea del maestro aludiendo a una frase del filósofo Platón. “La educación es un proceso continuado a lo largo de toda la vida. Cualquier hombre es capaz de tener hijos, pero no cualquiera es capaz de educar”.
Por su parte, en nombre de los docentes de Secundaria, Clara Benhamú, enumeró los buenos momentos de la profesión, pero también aludió a la otra cara de la moneda. “Alguna vez hemos sentido la impotencia ante la actitud de unos padres; no nos hemos sentido apoyados y casi nunca valorados socialmente”.
Sí habló del objetivo que ha marcado la trayectoria profesional de estos docentes, que no se basa en la formación de “aprendices de filólogos, biólogos o geólogos, sino forjar buenas personas, preparadas para afrontar en el futuro los restos de unos estudios y de una profesión, con esfuerzo y confianza”.
“La educación es el vehículo que permite a la persona realizarse”
Durante el homenaje que la Ciudad ofreció ayer a los maestros, el presidente del Ejecutivo local, Juan Vivas, subrayó la importancia de la educación como “vehículo que permite a la persona realizarse, que le abre oportunidades laborales, hace efectiva la igualdad de oportunidades, el ejercicio responsable de la libertad y fomenta el civismo”. Es la principal oportunidad que tiene una sociedad para el progreso, el dinamismo y el bienestar”.
La sociedad también es fundamental en este relevante papel que tiene la educación y es por ello que, a juicio de Vivas, debe asumir una “vocación de estabilidad en este ámbito”. En respuesta a la intervención de uno de los homenajeados sobre la necesidad de estabilizar el sistema educativo, el presidente de la Ciudad mostró su conformidad respecto a que los planes “deben tener largos recorridos dentro de la legítima alternancia política, pero la sociedad en su conjunto tiene que implicarse”. Una implicación que extendió a las familias de los alumnos. “Debe elevarse a la categoría de complicidad de los padres, porque sin ellos el éxito de la educación es tremendamente difícil”.
En cuanto al papel del maestro, aseveró que su tarea no se remite únicamente a la trasmisión de conocimientos, sino a la formación de “ciudadanos responsables” y la creación de “buenas personas”, así como a la transmisión de los valores del “afán de superación, tenacidad, voluntad, esfuerzo. En resumen, en hacer una sociedad más dinámica, justa y equitativa a través de sus miembros”.
Vivas echó la vista atrás y señaló que la educación también forma parte de lo “entrañable” porque “nos retorna a la infancia y juventud y hace que el colegio y quienes lo integraban formen parte de ese rincón del alma imborrable”.