Las toallitas húmedas de usar y tirar causan un grave impacto al medio ambiente, pero también provocan graves problemas en las redes de alcantarillado de Ceuta. Después de tirar una toallita al retrete, esta recorre las bajantes y arquetas hasta llegar a las estaciones de bombeo de aguas residuales, los puntos conflictivos donde se acumula gran cantidad. La limpieza de estas estaciones tiene que repetirse cada día del año dos veces para prevenir atascos mayores.
“Esto se hace durante todo el año, los 365 días, mañana y tarde, sábados y domingos, aquí no hay festivos. Es un grupo de operarios que se va turnando en dos turnos. Los sábados y los domingos hay otro personal para que el otro turno pueda descansar, pero están todos los días desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde, y vuelven a entrar a las tres hasta las seis de la tarde”, contaba para FaroTV Juan Alcaraz Arroyo, capataz de la Red de Saneamiento de Acemsa.
Uno de los puntos más importantes para los operarios de Acemsa es la estación de bombeo de la Avenida Compañía de Mar. “Esta es una de las últimas estaciones de bombeo de Ceuta antes de llegar a la depuradora de aguas residuales. Aquí mediante una reja de desbaste con una cierta inclinación para que se vayan deteniendo los residuos, se puede ver la cantidad de toallitas que se recogen diariamente por parte de los operarios. Aunque parezca mentira estas toallitas van tamizando y llega un momento en el que ya no pasa el agua. Se crean unos tapones impresionantes, incluso hay veces que ni con el grupo mixto somos capaces de aliviar esos atranques y tenemos que descubrir y llegar al fondo y sacarlo a mano porque el camión no es capaz de quitarlo”, explica Juan Alcaraz.
"Aún en la última estación de bombeo vemos que llega una cantidad importante de toallitas"
El resultado de cada una de las limpiezas en una estación es de entre 5 y 10 bolsas llenas de toallitas y cada una de ellas puede contener entre 25 y 30 kilos. Estas limpiezas se hacen en todas las estaciones de bombeo para mantener en perfecto estado la red de saneamiento.
Otro punto importante para los operarios de Acemsa es la estación de Juan XXIII, al norte de la ciudad. Este colector recoge todo lo que es Arcos Quebrados, la zona del Príncipe, del Hospital, la Almadraba, San José, Reyes Católicos, Hadú, Claudio Vázquez, “o sea casi todo lo que es la parte norte de la ciudad”.
“Como habéis visto esta ha sido una de las primeras que se ha limpiado esta mañana y ya está otra vez entrando más. Por eso, hay que darle por la mañana y por la tarde porque si se hiciera una vez nada más, mañana estaría totalmente tamizada, se habría inundado y estaría aliviando al mar. Y eso hay que evitarlo porque sino tenemos otro problema”.
Las toallitas húmedas están generando innumerables problemas en el ciclo integral del agua de nuestras ciudades. Pero además de crear problemas, las toallitas aumentan los costes de gestión y todo acaba repercutiendo en nuestros bolsillos. “No solo en limpieza, sino en atranques porque si llegamos a un colector que el camión no puede sacarlo tenemos que descubrir o desatascarlo y llega a la estación, pero esto puede provocar una inundación dentro de la estación también.
Hay cosas que están en la calle y se ven y hay otras que no porque están dentro de las estaciones”.
Antes de llegar al último punto, la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Santa Catalina, los trabajadores de Acemsa, junto a los de la EDAR, comprueban que la última estación de bombeo de Ceuta en la Playa de San Amaro funciona perfectamente. “Esta no es manual como las anteriores, sino que tiene un tamiz automático y una draga que también tiene una reja de desbaste por si fallara el tamiz”, continúa el capataz de la Red de Saneamiento de Acemsa.
La draga limpia todo lo que es el fondo del pozo y lo que se queda, pasa al tamiz que automáticamente va recogiéndolo y “pasa a unas cubetas que se llevan a la empresa que se encarga de este tipo de material y se manda en barco a la Península”. “Lo importante de aquí es que estamos en el último bombeo de la red, que venimos limpiando todos los bombeos de Ceuta y aún así todavía llega una cantidad de toallitas muy importante”.
La estimación de la empresa es que, diariamente, se generan más de 3 toneladas de este tipo de residuos, en su mayoría toallitas de celulosa. Es por ello que Acemsa quiere realizar un llamamiento a la ciudadanía para que no arroje estos elementos al inodoro. “De lo que se trata es de que se conciencie la gente de que las toallitas nos acarrean un gran problema en la red de saneamiento tanto en condiciones meteorológicas normales como en época de lluvias con atascos e inundaciones”, proseguía Alcaraz.
Las toallitas húmedas son un invento reciente, uno más de la moda del usar y tirar, y son totalmente prescindibles. Además, no son biodegradables, aunque se anuncien como tal, ya que están fabricadas con microplásticos y, algunas, con microfibras de celulosa que no se desintegran. Esos mismos “hilos” son los que se van enganchando por toda la red de saneamiento de Ceuta. Por todo ello, no se deben tirar en el inodoro porque es un problema que no deja de crecer.
El confinamiento a causa del coronavirus provocó un trastorno total de nuestras vidas. El uso de toallitas húmedas se disparó durante el confinamiento y, con ello, los atascos en los sistemas de alcantarillado y otras instalaciones de tratamiento de aguas residuales. Las toallitas desde su aparición en el mercado han venido taponando desagües, alcantarillado y sistemas de depuración de nuestra ciudad.
Por ello, Acemsa dio la voz de alarma ante el aumento de las incidencias y retirada de estas toallitas (15% más que antes del estado de alarma) de la red de saneamiento, desde el inicio de la crisis de la COVID-19. “Sin embargo, ahora que hemos vuelto un poco a la normalidad estamos un poco como antes, pero siguen siendo muchas”, insistía el capataz.
Temen que, llegado el momento, bien por atasco, averías, colapso o avenidas de agua pluviales, puedan generar dificultades muy importantes en el sostenimiento del sistema de saneamiento de las aguas residuales de Ceuta. Incluso provocar un problema de salud pública de primer orden al impedir la correcta gestión de esas aguas residuales.
Las consecuencias de arrojar este tipo de residuos por los retretes se pudieron ver durante las fuertes lluvias de primeros de marzo. “Hay algunos puntos negros en la ciudad que ya sabemos y tenemos que estar muy encima porque las fuertes lluvias arrastran todas las toallitas y crean atascos muy importantes como inundaciones y problemas impresionantes que crean los tapones de toallitas sobre todo”. Aunque, pueden encontrar de todo: “Una lata, un palo, tablas, un cubo, una fregona entera, incluso una manta, una rueda o un barril de cerveza, que a lo mejor por el retrete no lo han tirado, pero sí que nos han abierto un pozo y lo han tirado”. “Lo que más nos encontramos son las toallitas. Muchas veces no se distingue bien entre mascarillas o toallitas, pero otras veces sí se diferencian y sabemos que sí que las hay porque la gente las tira en cualquier sitio”.
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