Vox aparta a Verdejo y López. Era lo esperado. La parte más interesante es saber, ahora, qué pasos darán dos diputados que saben mucho, pero callan más.
El grupo se desintegra entregado a una lucha de poderes. Eso es lo que lo ha ido anulando poco a poco, desde aquella época en la que creían que iban a arrasar con todo y con todos (o casi).
El problema interno de Vox es suyo, ellos sabrán cómo arreglan un desaguisado que puede terminar en escándalo. Lo que llama la atención es la manera en la que disfrazan sus propios problemas, que son suyos, no son ni de la democracia, ni del interés del resto de los ciudadanos.
“En un momento tan crucial para la ciudad y para nuestro país, en el que está en juego la propia supervivencia de nuestra tierra, Vox Ceuta va a seguir volcado en combatir a todos aquellos que quieren destruir el conjunto de valores que han fraguado los vínculos de Ceuta con España y la existencia de nuestra nación”, dicen en un comunicado.
Es una manera cobarde de convertir esto en lo que no es, de disfrazar la grave crisis en una causa por España y por Ceuta.
Una se pregunta qué tendrá que ver semejante absurda parrafada con la tempestad que tienen y la que se avecina si, como digo, Verdejo y López dan un paso al frente para empezar a importarles bien poco las mantas de las que tengan que tirar.
Ni Ceuta, ni el resto de España, ni la nación, ni la bandera tienen voz y voto en la crisis asentada en una formación que, de entrada, no está siendo sincera ni con lo que sucede, ni con los orígenes de todo esto.
Llevan mintiendo mucho tiempo, el que ha pasado dejando piezas por el camino, demasiadas.
No sé qué harán los ahora considerados díscolos en el partido, deberían comparecer y hablar sin rodeos. Quizá, solo quizá y entonces, empecemos a entender todo.