La muestra que, con enorme éxito, desfiló ya por Tetuán y Tánger gracias a la entusiasta colaboración del Instituto Cervantes y entidades como la asociación 'La Medina' o la Plataforma Erensya, llegará también a Ceuta por deseo de la Fundación 'Premio Convivencia', la Federación de Fútbol y, por supuesto, de sus autores, la Asociación Rojiblanca 'Los 50'.
Quizá por mis inolvidables y ya lejanos veinte años al frente de la redacción deportiva de la decana 'Radio Ceuta', alguien tuvo la generosa idea de acordarse de este modesto cronista invitándole a poner su pequeño granito de arena para la interesante exposición que bajo el título 'TETUÁN A RAYAS, EL MADROÑO SE VOLVIÓ PALMERA, se inaugurará el próximo 3 de marzo en la sala de exposiciones del Auditorio del Rebellín. Imposible resistirse a tal petición tan cargada de nostalgia y glosa de imborrables glorias futbolísticas que ya quisiésemos hoy por estos lares.
La muestra que, con enorme éxito, desfiló ya por Tetuán y Tánger gracias a la entusiasta colaboración del Instituto Cervantes y entidades como la asociación 'La Medina' o la Plataforma Erensya, llegará también a Ceuta por deseo de la Fundación 'Premio Convivencia', la Federación de Fútbol y, por supuesto, de sus autores, la Asociación Rojiblanca 'Los 50', pero ahora rematada con nuestra propia identidad ceutí como digno y obligado apéndice del legado futbolístico que nos dejó la capital del extinto protectorado marroquí.
Sucedió que un día, un grupo de fieles seguidores del At. de Madrid, la mencionada Asociación 'Los 50', buscando vínculos entre su club, el Atlético de Tetuán y el Mogreb, decidieron ponerse a investigar con el fin de rescatar de la memoria a aquel gran club vecino que llegó a militar en Primera División de la liga nacional. Un magnífico trabajo divulgativo que, en forma de emotivas imágenes y cuidados paneles informativos, encantó a tetuaníes y tangerinos. Y es que, más allá del fútbol, la exposición, como bien escribe Carmen Chato, refleja cómo el Atlético de Tetuán "vertebró culturas y religiones, convirtiéndose en un exponente de integración y tolerancia, incidiendo no sólo en lo deportivo, sino en que precisamente el deporte puede ser una vía muy eficaz para derribar barreras y para descubrir al 'otro', al extranjero. En definitiva, para trasladar la mentalidad abierta que define a aquel Atlético Tetuán en sus años de gloria. Con todo, su logro más importante no fue el éxito deportivo sino su carácter aglutinador de culturas". Genial, la cita de Carmen.
Somos todavía bastantes los que de una forma o de otra recordamos con añoranza al club de Sania Ramel, aun siendo muy niños, como quien suscribe, personificados en tantos casos en los nombres propios de muchas de sus figuras como los Chicha, Ben Barek, Alarcón, Pachón, Humanes, Saborido, Juanele, Rafael Lesmes, entre tantos, o el propio Jaco Azafrani, todavía entre nosotros.
El Atlético de Tetuán, del cuentan fue fundado en la vecina capital marroquí por un grupo de militares hinchas del Atlético Aviación, luego At. Madrid, adoptó desde el primer momento la indumentaria del club colchonero, uniformidad que aún mantiene su sucesor, el Mogreb, gran parte de cuyos aficionados siguen con simpatía e interés la trayectoria del cuadro del Manzanares. De ahí ese éxito que la exposición tuvo en su paso por Tetuán, y que ahora quieren volver a gozar cuando se presente en el Auditorio del Rebellín, así al menos cabe deducir con la anunciada presencia de jugadores veteranos del Mogreb At., de la Peña Atlética Ben Barek y de otros aficionados tetuaníes.
La novedad radicará ahora en la ampliación que se hace a la muestra con la inclusión de la S.D. Ceuta y del Atlético de Ceuta, como confluencia y término de la existencia del cuadro tetuaní. Cabe recordar que, en 1956, tras el fin del Protectorado y ante la imposibilidad de continuar participando ya en la liga española, el cuadro que presidía Julio Parres Aragonés se fusionaba con nuestro primer representante, la S.D. Ceuta, naciendo así el At. de Ceuta. De tal suerte, aquella vieja y gran rivalidad futbolística confluía en el abrazo fraterno personificado en el nuevo club que heredaría así su nombre atlético, su camisola rojiblanca, algunos de sus jugadores, el modesto microbús que por las tortuosas carreteras de entonces llevaba a los cuatro puntos cardinales del país al equipo tetuaní y hasta aquellas tentadoras rifas de impresionantes coches para buscar fondos, los 'Pontiac', 'Buik', 'Peugeot'... Todo ello más la plaza en Segunda División que disfrutaban los de Parres tras haber militado anteriormente en Primera.
Así y durante algunos años, las gradas de 'A. Murube' rebosaban de público con la presencia de aficionados de ambas ciudades, aplaudiendo, disfrutando o sufriendo con aquel At. de Ceuta, heredero de tantas glorias futbolísticas de las dos ciudades y que tan dignamente supo defender durante tres lustros como aquella promoción de ascenso a Primera División que llegó a disputar con el Elche. Lamentablemente dos traumáticas reestructuraciones de la liga, una a continuación de la otra, acabaron con el señorío y la categoría de aquel Atlético. La primera en la temporada 1968 – 69, en la que tras quedar séptimo hubo de disputar la promoción de permanencia en Segunda que perdió ante el Jerez Industrial, bajando a Tercera. División de la que descendería la siguiente campaña cuando se redujeron a cuatro sus grupos.
Era imposible pues traer esa muestra a nuestra ciudad sin ese apéndice que supuso la mencionada fusión entre el Tetuán y el Ceuta, digno broche de oro de la historia de los que fueron los dos grandes del fútbol norteafricano durante tres apasionantes décadas deportivas.
Y sirva también esta exposición como una oportunidad para avanzar en la confraternización entre tetuaníes y ceutíes por encima de concepciones políticas, religiosas o culturales. El fútbol es así de grande y hermoso. Sean pues bienvenidos quienes desde la vecina Paloma Blanca nos honrarán con su visita a la muestra.