Mohamed es un joven aplicado. Con 15 años acude a diario a sus clases de 4º de la ESO y cada mañana, prácticamente a las siete en punto, sale de su domicilio en la
barriada del Príncipe, en Ceuta, para coger el autobús que le traslade al centro educativo. Eso es lo que hizo este jueves, colgarse su mochila a la espalda y emprender una ruta que se tornó trágica por la aparición de
dos perros de raza pit bull, de grandes dimensiones, que nada más ver al joven le atacaron. Wisal Mohamed, hermana mayor del herido, explica en una entrevista con El Faro de Ceuta cómo recibió la llamada telefónica del adolescente indicándole que estaba en el
hospital con heridas en distintas partes del cuerpo. La más profunda, que requirió de curas y puntos de sutura, la sufrió en la pierna. Los perros le mordieron también en el brazo y le causaron otras lesiones. Orgullosa de su hermano, siempre volcado en el estudio, en intentar sacar buenas notas y en la responsabilidad de no faltar a clase, Wisal sufre lo que le ha pasado a Mohamed, a quien estos perros estuvieron a punto de destrozarle.
Dos pit bull de color oscuro y grandes dimensiones
“
Le mordieron y no le soltaban. Mi hermano salió de casa para coger el autobús que se detiene al lado de la farmacia, pero al no llegar bajó a la otra parada que está situada justo al lado de la rotonda”, explica rememorando lo ocurrido. Fue allí donde los dos perros, de color oscuro, vieron al menor y emprendieron carrera hacia él. Los pit bull negros salieron de algún lugar próximo a esa rotonda, no se habían visto antes por los alrededores, y ante la presencia del estudiante comenzaron a correr hacia él para atacarle. En ese momento solo estaba Mohamed, quien intentó zafarse de unos animales que no aminoraban su agresividad. Los gritos alertaron a dos trabajadores que fueron los primeros en acudir para ayudarle. También fueron agentes de la Policía Nacional, en concreto de la Brigada de Seguridad Ciudadana, quienes tuvieron que disparar consiguiendo que con esas detonaciones los perros se asustaran. Era la única forma de evitar nuevos ataques. Los canes, que no se sabe si han resultado heridos por los disparos, escaparon del lugar.
Investigación sobre la propiedad de los perros
La Policía trata de averiguar quiénes son sus propietarios para actuar contra ellos, de igual forma que la Ciudad Autónoma tendrá que averiguar su procedencia y conocer el estado en que estaban acogidos o si, por el contrario, se trata de animales abandonados. “Mi hermano tiene el pie perforado”, explica Wisal. Dolorido, ya en casa después de las curas en el hospital y tras recibir la primera dosis de vacuna antirrábica, todavía tiene el susto en el cuerpo por lo sucedido. Los canes “no le soltaban” y fueron a atacar nada más ver al menor, un estudiante “comprometido” que siempre cumple con su rutina escolar. Con la presentación de la denuncia oportuna en la Jefatura Superior se trabajará en avanzar en un caso que genera gran impacto ciudadano y que pone el punto de mira, de nuevo, en el cuidado que se tiene sobre los animales para que luego protagonicen este tipo de ataques.