Pasamos mucho más tiempo pensando del que deberíamos, la mayor parte centrados en el pasado o en el futuro, anticipándonos a describir circunstancias, que de seguro nunca ocurrirán.
El nivel de estrés se va multiplicando, empezamos a hacer cábalas, y la mente entra en modo “partida de ajedrez” analizando movimientos, combinaciones y con cada posibilidad subiendo el nivel de preocupación y tensión.
Hay que entender que la mente está constantemente resolviendo problemas, es su trabajo pero hay un inconveniente, la mente no sabe observar sin JUZGAR.
Puedes observar tu mente en silencio y te darás cuenta que no estás sólo, que tu mente quiere que le prestes atención, sobre todo en momentos de silencio y quietud.
A la mente no le gusta no hacer nada, le gusta el exceso de actividad, opinar (la mayoría de las veces negativamente), molestar.
Hace tiempo escuché en una charla, que la mente es como un compañero de habitación, al que estás obligado a habilitarle un lugar, porque siempre estará ahí contigo.
Ahí entra en juego nuestro potencial, en primer lugar hacerte consciente de que tu mente es así y que depende de ti, lo que quieres hacer a partir de ahora con ella. Porque ella tiende a controlarlo todo.
¿Dejas que tu mente (tus pensamientos) dicte las pautas a seguir de tu vida?
A veces y muchas más de lo que pensamos es así.
Por eso hay que observar con distancia, sin juzgar, ni juzgarte, sólo siendo testigo de lo que acontezca en ese momento dentro de ti.
El dialogo interior que mantienes a veces contigo mismo, es cruel y destructivo y jamás lo verbalizarías hacia otra persona.
¿Entonces, porque no cuidarnos de nuestros pensamientos?.
No podemos tener al enemigo jugando en casa.
¿Querrías tener un amigo que pensara así?
¿O saldrías corriendo para no volver a verle nunca más? Nuestra mente es una máquina muy poderosa y sin control, debemos aprender a apagarla, desconectarla durante breves espacios de tiempo, de ese modo podemos llegar a otro potencial mucho mayor que no existe de forma consciente.
Nuestra voluntad y hábito, son las que hacen que podamos tomar las acciones para conseguirlo.
El desarrollo de este hábito nos ayuda a enfrentarnos mejor a los contratiempos, disfrutar del presente, bajar el nivel de estrés y colocarnos en una posición perfecta para analizar y pensar con claridad
La respiración es el punto de partida básico, para encontrar esa puerta al bienestar y al momento presente, lo que llamamos los practicantes de Yoga “ El Pranayama ”.
La respiración consciente, no es más que respirar dándote cuenta que estás respirando, siguiendo su recorrido, sintiendo la respiración y observando lo que está pasando dentro de ti en ese momento.
Debes de saber que eres tú el que observa, no tu mente.
Eres un testigo de lo que ocurre y el que observa a tu mente, sois dos cosas muy distintas.
Quédate firme en el asiento del testigo y dale distancia a todo lo que te llegue del pensamiento, no juzgues y deja de agarrarte a la mente que está ahí.
Reclama tu vida. Toma el bastón de mando No dejes que nada te coarte. Administra tu vida sin que nada te frene y camina hacia la libertad.