Según mi buen amigo y compañero, Antonio López Canales, que perteneció al Batallón Pavía 19 en Ifni, y que conoció al teniente Cristos Astray, puede dar fe de que era un hombre campechano, humilde y muy cercano con sus soldados, y como oficial, era un hombre que no tenía nada que envidiar a otros oficiales de carrera. Era muy disciplinado y muy querido por todos sus soldados.
Desgraciadamente, ni su tierra natal (A Coruña), ni tampoco la Brigada Galicia (Figueirido, Pontevedra), ha recordado a este magnífico teniente, muerto heroicamente en acción de guerra en Ifni. Espero que el hoy general jefe de dicha brigada, Pardo de Santayana, lo recuerde.
Me produce pena el ver cómo unidades que derrochaban valor, sacrificio y heroísmo, en aquella guerra de Ifni-Sáhara, hoy en día resulten totalmente desconocidas. Creo que merecen el más alto reconocimiento, porque entre sus méritos está el que no eran tropas de élite, como La Legión o Paracaidistas. En este caso concreto me refiero al Batallón Expedicionario de Infantería Pavía 19 de San Roque (Cádiz), que estaba constituido por soldados de reemplazo. Mi buen amigo Antonio Santana Santiago es quien ha logrado reunir a los componentes de dicho batallón y crear una asociación de combatientes en el campo de Gibraltar.
La Milicia Universitaria en África Occidental Española
Nada menos que 150.000 jóvenes a lo largo de varios años pasaron por la Milicia Universitaria (instrucción premilitar superior). Aquellos jóvenes universitarios que cursaban sus carreras en la universidad daban vida y alegría en los campamentos de Robledo (Segovia), Montejaque (Málaga), Santa Fe de Montseny (Barcelona), Los Castillejos (Tarragona), Monte La Reina (Zamora), Los Rodeos (Tenerife) y La Forestal (Cádiz), el Ejército del Aire, Villafría (Burgos) y la Armada de San Fernando (Cádiz).
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En el libro de honor de la Milicia Universitaria constan varios héroes caídos en el cumplimiento del deber y en acción de guerra: alféreces Miguel de la Mano Ruiz, Santiago Aragón Munté, Leopoldo García Campos, Moisés Pallares Pollina, y en la campaña de Ifni-Sáhara, los alféreces Francisco Roja Navarrete y Antonio Sánchez Barranco, este alférez piloto del Ejército del Aire.
En mi tozudez y constancia en encontrar en los distintos archivos y, especialmente de mis buenos amigos, me encuentro que, como este protagonista Santiago Cristos Astray, teniente de Infantería de complemento, también hubo otros dos sargentos de Infantería de la Milicia Universitaria, que combatieron en aquellas inhóspitas tierras africanas, uno de ellos caído en acción de guerra y que por desgracia, como en los anteriores, auténticos olvidados.
No habían transcurrido cuatro días del inicio de los ataques a los territorios de Ifni-Sáhara, cuando el 27 de noviembre de 1957, en el acuartelamiento del Regimiento de Infantería Pavía 19 de San Roque (Cádiz), un enorme trajín de soldados iba de un lado para otro, y los mandos dando órdenes, pertrechándose de su armamento y munición, granadas de mano, mantas y utensilios de comida, etc. La pregunta de todos era “¿a dónde vamos?”. La respuesta no tardó en llegar.
Una vez formado el batallón Pavía 19, el coronel jefe del regimiento y los distintos mandos, jefe de batallón y capitanes de compañía, iban revisando uno por uno, si cada soldado portaba lo asignado para una misión de campaña.
Momentos después, la banda de música comenzó a interpretar varias marchas militares pero, según recuerdan algunos excombatientes de dicho batallón, la que más les emocionó fue la de Soldadito español. A continuación, una larga caravana de camiones con los 714 hombres de dicho batallón Pavía 19 se ponían en marcha camino del puerto de Algeciras hasta ese destino incierto, que posteriormente iban a saber su lugar de aposentamiento.
La imagen de aquellos soldados que vieron en el muelle de Algeciras la silueta del buque de Trasmediterránea Virgen de África, y como abría sus compuertas para entrar los camiones y jeeps del batallón y la música del Regimiento de Infantería Extremadura 15 interpretando marchas militares, les producía una enorme emoción, pero seguían con la misma pregunta: “¿a dónde vamos?”. Más emoción les producía el ver muchas mujeres llorando y otras santiguándose, hasta que una vez a bordo el barco soltaba amarras y enfilaba hacia alta mar.
El héroe sobrino del fundador de la Legión
Cuentan hoy, después de más de medio siglo, excombatientes de dicho batallón Pavía 19, que cuando se alejaban del puerto viendo el flamear de pañuelos y escuchando las estrofas de las marchas militares, hubo un momento en que se soltaron muchas lágrimas, cuando una potente voz de uno de los combatientes entonó aquello de “¡adiós, España querida!”.
El teniente de complemento de la IPS Santiago Cristos Astray, sobrino del fundador de La Legión, José Millán-Astray y Terreros, el cual iba al mando de una sección de este, había nacido en la pequeña aldea de Arteixo (Coruña), hijo de Abraham Cristos Gutiérrez y Carmen Astray Astray. Este joven oficial inició sus estudios de Magisterio el 11 de diciembre de 1949, y dos años después solicitó el ingreso para cumplir sus deberes con la Patria en las Milicias Universitarias y, posteriormente en los veranos de 1951 y 1953 iniciaba los periodos de instrucción en el campamento de Monte La Reina (Zamora).
Con anterioridad, el 5 de agosto de 1951, llegaba el momento más emocionante para todo soldado, pues en dicha fecha prestaba juramento de fidelidad a la sagrada enseña de España. Finalizadas las prácticas, el 23 de diciembre de 1955, es destinado al Regimiento de Infantería Pavía 19 en San Roque (Cádiz) siendo destinado a la 3ª Compañía del Batallón de Maniobras. Poco después, el 23 de octubre de 1957 recibía una de sus más grandes alegrías: el diario oficial del Ejército nº 239 publicaba su ascenso a teniente de Infantería.
Una vez que el Batallón Expedicionario Pavía 19 llegaba a Sidi Ifni para cumplir lo que determinaba la instrucción 357/15 del Estado Mayor Central del Ejército, era destacado al centro de resistencia B, cuyo batallón tenía bajo su responsabilidad la defensa de los accesos de este a sur, aprovechando las alturas de Uad Ifni y Yebel Bu Lalam.
El teniente Santiago Cristos Astray, al mando de la sección de la 3ª compañía es destacado al sector norte en la posición Amanali. El día 9 de diciembre de 1957 el mando efectúa una rectificación de líneas quedando la sección del teniente Santiago Cristos Astray como reserva de su compañía. La conducta de este heroico oficial es el fiel reflejo del soldado español portador de unas grandes virtudes militares, algo que nos enorgullece, por cuanto ejércitos extranjeros nos admiran por ello.
El 18 de diciembre de 1957 el teniente Santiago Cristos Astray, al mando de su sección, entra en combate contra el enemigo. Como buen jefe que era lo hace delante de sus soldados, siendo alcanzado por fuego enemigo y encontrando gloriosa muerte.
Días después su cadáver recibía cristiana sepultura en su tierra natal de Coruña, para engrosar la lista de caídos de la Milicia Universitaria.