“Tenía un compromiso pendiente con Ceuta, con los ceutíes y con sus autoridades, pero también con nosotros mismos como Reyes que se deben, ante todo, a los españoles”. Este fue el punto álgido del discurso de S.M don Juan Carlos I que arrancó la ovación de los presentes y llenó de satisfacción a todos los ceutíes a los que la visita
Real supuso algo más que una formalidad: se cumplía un sueño, una esperanza, un anhelo.
Otra de las ovaciones se produjo al pronunciar don Juan Carlos su deseo de no querer “dejar pasar más tiempo sin venir a Ceuta, para expresaros nuestro afecto y nuestro apoyo, al igual que lo hemos venido haciendo en tantas otras ciudades y lugares de España”.
Como no podía ser de otra manera, el monarca agradeció el recibimiento que los ceutíes dispensaron a la pareja Real, “cariñoso recibimiento al que queremos corresponder dedicando a todos los hombres y mujeres de esta ciudad nuestra cercanía y mayor afecto”.
Recordó en su discurso su anterior visita a la ciudad cuando todavía no era Rey sino Príncipe, en 1970, junto a doña Sofía, hablando también en nombre suyo cuando explicó que sentían “una especial emoción y alegría al encontrarnos hoy de nuevo en Ceuta”, añadiendo que “comprobamos con particular satisfacción que Ceuta es hoy una urbe moderna y dinámica, que ha sabido crecer y prosperar en el marco de pluralismo y democracia que define a España”.
El Rey también aseguró en su discurso que “a lo largo de estas últimas décadas, he estado en permanente contacto con vuestras autoridades y he podido seguir de cerca la evolución de Ceuta, sus principales ilusiones, dificultades, transformaciones. También he sentido el testimonio de vuestro afecto y lealtad a la Constitución, unos sentimientos que hoy habéis querido reiterarnos. Han sido muchas vuestras invitaciones y también muchos nuestros deseos de volver a Ceuta”. Estas últimas palabras, pronunciadas con una evidente emoción por parte del monarca, compartida por todos los presentes.
Junto a las palabras de afecto a la ciudad, también incluyó parte del discurso institucional hablando del desarrollo del país “conseguido a lo largo de los últimos treinta años” en torno “a los principios y valores de nuestra Constitución. Somos un país plenamente integrado en la Unión Europea que, desde el respeto mutuo, cultiva relaciones de sincera amistad con sus vecinos y de estrecha cooperación con el mundo entero”.
Finalizó volviendo a agradecer el recibimiento así como la “satisfacción y alegría de visitar esta luminosa y muy querida ciudad”, además de poner de manifiesto el “firme y permanente aliento de la Corona” a la ciudad.
Cien personas fueron testigos de las palabras
Un centenar de personas fue testigo directo del discurso pronunciado por S.M. don Juan Carlos I , en la histórica jornada del 5 de noviembre de 2007. Pero también fue seguido por los miles de ceutíes que estuvieron en la Plaza de África para dar la merecida acogida a SS.MM. los Reyes. Los vítores de los ceutíes congregados en la céntrica plaza, llegaron a interrumpir en varias ocasiones la intervención del Rey.
El Monarca se vio sensiblemente emocionado en varias partes de su discurso, pero también al finalizar el mismo, y a la entrega del bastón de mando de la Ciudad y de la Llave de Oro, así como en diversas partes de su recorrido a pie rodeado de los miles de ceutíes que salieron a su encuentro conformando un gran mosaico de pequeñas, grandes y medianas banderas de España, que convirtieron la zona céntrica de la ciudad en un mar rojigualda.
Una jornada histórica, también por las palabras pronunciadas por el Rey.