La Comunidad Hindú de Ceuta está de celebración por el Diwali. Tras el encendido de luces, los representantes hindúes junto con las autoridades se han trasladado hasta el Templo de la calle Echegaray para proceder a los rituales devocionales del aarti.
En este se ofrece fuego a las deidades, así como la ‘puja’, un ceremonial en el que también se presentan los respetos a las deidades a través de sahumerios, lámparas encendidas y agua. Una emotiva ofrenda de olores, mucho color y alegría como suelen ser todas las festividades de esta cultura.
Una celebración de todos los días en los templos hindúes para recordar la presencia de las deidades en la vida de las personas.
El presidente de la Comunidad Hindú, Ramesh Chandiramani, ha querido en primera lugar agradecer a todos los presentes su asistencia para festejar un año más el Diwali. Chandiramani ha centrado su discurso, sobre todo, en desear la paz en todo el mundo. “Que las personas entendamos que sin la paz, no se puede continuar”, ha recalcado.
Además, Chandiramani ha expresado que la sociedad ha avanzado mucho, “en tecnología y en medios de comunicación”, pero para su juicio “no hemos terminado de aprender”. “Hay que hacer ver a todo el mundo, que la paz es el camino correcto”, ha agregado.
Tras estas palabras, los representantes políticos, así como miembros de la Comunidad Hindú han estado pasando de uno a uno para realizar el ritual del aarti. El primero en hacerlo ha sido el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, acompañado por sus consejeros.
El Diwali es la celebración de la llegada de Lakshmi, la deidad que en esta religión representa la abundancia y la buena suerte. Según el calendario hindú están conmemorando el año 2080.
Este es un periodo para festejar el triunfo de las fuerzas buenas sobre la oscuridad, el saber estar y los conocimientos sobre la ignorancia. Algo tan sencillo y que debería ser norma en cualquier mundo posible como que el bien destruya al mal.