Los padres siempre tienen como una especie de obsesión por las actividades extraescolares de sus hijos. Kárate, fútbol, baloncesto, baile o ajedrez son algunos de los muchos ejemplos de este tipo de actividades a las que acuden los más pequeños de casa. Algunas veces se hace de esa actividad la profesión de su vida.
Así empezó la trayectoria profesional de la bailarina y coreógrafa madrileña Sara Calero. Su madre la apuntó a bailar siendo una niña y desde siempre le ha gustado. Ahora, baila por todos los
escenarios y calles de la geografía española. Esta tarde, a las 19:00 horas, los ceutíes podrán disfrutar de sus movimientos y coreografías de su espectáculo de danza ‘Fandango Street’ en el
Teatro Auditorio del Revellín.
–¿Qué le llevó a ser bailarina? –No tomé yo la decisión. Desde muy pequeña me apuntó mi madre a bailar y me ha gustado siempre. Y, al final, sucedió de una manera natural. "Siempre dejo cierto margen para la improvisación, sobre unas bases, pero para moverme libremente"
–¿Estudiar en el conservatorio le empujó a ser bailarina? –Empecé antes. Antes del conservatorio ya bailaba en la academia del barrio. Siempre he bailado y, al final, pues sucedió así: me convertí en bailarina.
–Y la parte de coreógrafa, ¿de dónde viene? –Creo que, a mucha gente, al final a través de la danza, pues hay quien llega a la docencia. En mi caso, pues llegué a la coreografía. Quería contar mis propias historias y a mi manera. Y la coreografía me daba esa oportunidad.
–Hasta 2010 formó parte del Ballet Nacional de España. ¿Qué le llevó a dejarlo? –El querer hacer las cosas a mi manera y darle mi punto de vista a los espectáculos.
–¿Las coreografías de ‘Fandango Street’ son suyas? –Sí. En todos mis espectáculos las coreografías son mías.
–¿A partir de qué surge ‘Fandango Street? ¿Cómo crea este espectáculo? –’Fandango Street’ fue un encargo del Festival de Teatro Clásico en Alcalá de Henares. Querían un espectáculo de calle, relacionado un poco con enseñar al público qué es lo que pueden llegar a ver dentro de un teatro, con la idea de difundir. "Bailaba en la academia del barrio. Siempre he bailado y, al final, sucedió: me convertí en bailarina" Pues hicimos un poco esta cosa, ¿no? de una labor pedagógica de acercar a la gente en la calle el fandango desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Y, al final, pues se ha convertido también en un espectáculo para hacer en el teatro.
–¿Ha tenido que hacerle alguna adaptación? –Siempre lo hacemos diferente. En ‘Fandango Street’ voy contando con diferentes
músicos y adaptamos la puesta en escena a los espacios. Entonces, siempre se hace como un pequeño reajuste, una adaptación, una nueva versión para cada sitio al que vamos.
–¿Cada ‘Fandango Street’ es una obra nueva? –Sí. Está basado sobre la misma línea, pero nunca se representa dos veces exactamente igual.
–¿Y qué le gusta más: escena o calle? –Bueno, es diferente. El medio en el que yo más he estado siempre ha sido en el teatro. Pero la calle es diferencia, es más interesante. Y más ahora con el covid es una oportunidad de seguir haciendo cosas.
–¿Cuántos espectáculos ha hecho a lo largo de toda su trayectoria? –Pues tendría que contarlos (se ríe Calero). Son ‘Acero’, el ‘Mirar de la Maja’, ‘Petisa Loca’, ‘Cosmogonía’, ‘Fandango Street’, ‘Fandango Avenue’ y dos propuestas de calle. Cinco de escena y dos de calle, más o menos o tres. "Quería contar mis propias historias y a mi manera. Y la coreografía me daba esa oportunidad"
–¿Alguna vez ha tenido que improvisar en mitad de un espectáculo porque lo ha sentido? –La improvisación forma parte de los espectáculos y cada uno elige en qué medida lo lleva más atado o menos atado. Siempre dejo cierto margen para la improvisación, sobre unas bases, pero para moverme libremente, según me apetezca ese día.
–¿Cómo ve al público ante todo lo que estamos viviendo? –Desde que estamos con este problema, la gente es muy entregada, tiene muchas ganas. Las mismas ganas, yo creo, de acudir a un teatro que nosotros de subirnos a un escenario. Cada vez que lo vivimos es de forma muy intensa, porque percibimos a un público muy agradecido y con muchas ganas de sentarse a ver cosas interesantes.
–¿Ha notado si el público reacciona ahora distinto? –Sí, sobre todo porque, a pesar de estar el teatro más vacío por la reducción de aforo, el público sigue dando una acogida muy cálida. Los seguimos sintiendo igual, casi como si estuviese el teatro lleno.
–¿Qué sintió al volver a los escenarios? –Fue muy emocionante para todo el equipo, teníamos muchas ganas y lo vivimos con mucha intensidad.
–¿Cómo se han desarrollado los ensayos hasta hoy? –El problema del covid nos está trayendo muchos problemas a la hora de juntarnos. En el caso de ‘Fandango Street’ es un espectáculo que tenemos muy hecho, por lo que estamos aprovechando para trabajar en solitario. Cuando lleguemos a Ceuta pues repasaremos alguna cosa que tengamos que recordar. Pero ‘Fandango Street’ lo tenemos muy hecho.