Las poblaciones del Sur de España (Andalucía), junto con la CCAA de Extremadura y las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla presentan, una elevada prevalencia de los principales factores de riesgo cardiovascular tales como Hipertensión Arterial, Diabetes Mellitus, Dislipemias, Obesidad, Tabaquismo y Sedentarismo, en relación con el resto de España, al igual que una mayor tasa de morbi-mortalidad en el conjunto de las Enfermedades Cardiovasculares (mayor del 30%), afectando cada vez a edades más precoces además de estar lejos aún de los objetivos recomendados en relación a su control, y presentando alguno de ellos, como la obesidad, diabetes, tabaquismo y sedentarismo, un carácter casi epidémico.
A la prevalencia de estos factores de riesgo tal y como acaba de manifestarse en el congreso de Cardiología de este año, hay que tener en cuenta que aquellas CCAA con un menor Producto Interior Bruto presentan por una parte, una mayor mortalidad cardiovascular, y además que la mortalidad por dicha patología desciende más lentamente que en el resto de CC.AA.
Por otra parte, sabemos que la prevención de la Enfermedad Cardiovascular, de sus eventos y del control de sus factores de riesgo es la estrategia prioritaria, ya que en un 80 por ciento la reducción de su mortalidad se debe a la adopción de hábitos cardiosaludables, como son actuar sobre la inactividad física, sobre las dietas poco saludables, corregir el consumo excesivo de alcohol y suprimir el tabaco.
Por lo que en mi opinión, deben plantearse medidas encaminadas a su prevención precozmente desde la primera vez que se detecte cualquier factor de riesgo, y esta debe ser una estrategia continuada en el tiempo, para así poder influir en su posible regresión, y encaminada a reducir el riesgo de sus accidentes agudos y de sus manifestaciones cínicas (Infarto de Miocardio, Ictus).
Es por ello, por lo que debemos ya desde el descubrimiento de cualquier factor de riesgo cardiovascular, dirigir nuestros esfuerzos a tratar de promover estilos de vida cardiosaludales, concienciar a la sociedad y a los profesionales de la necesidad de detectar y vigilar estos factores de riesgo, siendo su objetivo final una reducción en el impacto que sobre nuestras comunidades ejercen las enfermedades cardiovasculares.
Desde la Antigüedad, la mesa y la actividad física han ido de la mano, la máxima “mens sana in corpore sano” surge en el Mediterráneo, expresando de forma sintética el estilo de vida, la diaita de nuestra Dieta Mediterránea y que, según Plutarco, se plasmaría en: “no nos sentamos a la mesa para comer, sino para comer juntos”, donde, además, la mítica trilogía mediterránea trigo, vid y olivo establecen la combinación alimenticia más saludable del mundo.
Sus beneficios para la salud fueron descritos entre 1950-60 en el Estudio de los Siete Países, donde hábitos alimenticios y estilos de vida en el área mediterránea constataron que la incidencia de enfermedades coronarias era significativamente menor que en otros países del norte de Europa, imponiéndose como patrón dietético en todo el mundo al ser considerada buena para la salud, para un envejecimiento óptimo y una mayor longevidad.
Sin embargo, el seguimiento del patrón tradicional mediterráneo ha revelado un progresivo abandono del mismo por la influencia de hábitos poco saludables, que están teniendo repercusiones negativas reflejadas en un incremento de la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico consideradas epidemias del siglo XXI, especialmente entre los niños, y de las enfermedades cardiovasculares que siguen siendo la primera causa de mortalidad. Hechos que corren en paralelo al abandono de los hábitos que situaron al estilo de vida mediterráneo en el eje de la longevidad entre los países de la cuenca mediterránea.
Las Enfermedades Cardiovasculares (ECV) siguen siendo, en su conjunto, la primera causa de mortalidad en España con cifras superiores al 29,5%, ocasionadas principalmente por Cardiopatía Isquémica, Enfermedad Cerebrovascular e Insuficiencia Cardíaca, y mostrando, además, unas tendencias de incremento constante en los últimos años, mas aún en las CCAA del Sur. En este incremento juega un papel preferente la interacción de tres Conductas de Riesgo Modificables como son la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo, y que además cada vez están afectando a edades más precoces, con el consiguiente aumento de los principales factores de riesgo como Hipertensión Arterial, Diabetes Mellitus y Dislipemias.
Recientemente (noviembre de 2010), la dieta mediterránea fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, donde se recoge textualmente (R3: “…como un plan para la adopción de medidas transnacionales encaminadas a garantizar su transmisión a las generaciones más jóvenes y a promover la sensibilización del público a la importancia de la dieta mediterránea.”
Los Profesionales de la Medicina, y en especial los Cardiólogos, deben tener entre sus objetivos la difusión de conductas cardiosaludables equilibradas y sensibilizar a los ciudadanos desde la infancia del beneficio entre alimentación y ejercicio física, la forma en la que ambas se realicen junto al cese del tabaco, condicionará nuestro futuro cardiovascular. Al tratarse de actividades diarias, presentes a lo largo de nuestra vida y susceptibles de ser modificadas, un 80% de las muertes prematuras por cardiopatía y accidentes cerebrovasculares podrían evitarse con una dieta saludable, actividad física regular y abandono del consumo de tabaco.
La causa fundamental de obesidad y sobrepeso es un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas, donde se incluyen como factores causantes:
1. Cambio global en la alimentación hacia mayor ingesta de alimentos de gran densidad energética, altos contenidos en grasas y azúcares.
2. Disminución de actividad física por naturaleza sedentaria cada vez mayor en los tipos de trabajo, medios de transporte y aumento de formas de vida urbanas.
Las dietas cardiosaludables deben seguir cuatro normas: Universal (para todas las edades), Nutricionalmente eficaz (variada y equilibrada), Complementaria y Adecuada a la actividad física (es un conjunto y cada alimento tiene su sitio), ser Prácticas y fáciles de seguir.
Algunos consejos prácticos para lograr que la actividad física forme parte de su vida:
1. Camine en lugar de usar medios de transporte y si lo utiliza, bájese un par de paradas antes de su destino. Utilice escaleras en lugar del ascensor.
2. Tómese dos minutos por hora en el trabajo o el hogar para "estirar las piernas" y movilizar los músculos.
3. Aproveche los momentos de ocio para movilizar las articulaciones con ejercicios de poca intensidad.
4. Realice un breve paseo a pie antes del desayuno y de la cena.
5. Cambie 10 minutos de televisión por un par de vueltas a la manzana.
6. Vaya caminando o en bicicleta a realizar las compras diarias.
7. Saque a pasear a su perro todos los días.
8. Cuando camine, trate de ir acelerando su paso progresivamente. Si puede, elija caminos con subidas y bajadas.
9. Cuando mire televisión, trate de hacerlo sentado en lugar de acostado y tenga lejos el control remoto ( mando a distancia) para movilizarse cuando quiera cambiar de canal.
10. Hable por teléfono en posición de pie, con mínimos movimientos, en lugar de hacerlo sentado.
11. Haga las cosas por usted mismo. No pida que le traigan algo, búsquelas.
12. Si su trabajo le permite una pausa (almuerzo, por ejemplo) utilice 10 minutos para dar un paseo a pie.
Y por supuesto dejar de fumar. Conseguir este objetivo no es tan fácil como parece y para algunas personas puede ser un verdadero calvario, para esto, facilitamos algunos consejos para dejar de fumar que pueden ayudarte a concretar este saludable propósito:
1. Hacer un registro con la cantidad de cigarrillos que consume, las situaciones en las que fuma y el estado de ánimo de dicho momento.
2. Fijar un día para dejar de fumar, no modificarlo, escoger el momento en que no estemos tensos ni preocupados.
3. Comunicar a la familia y todo el que nos rodea que vamos a dejar de fumar.
4. Crear un ambiente que colabore, eliminando, ceniceros, encendedores, cigarrillos.
5. Evitar situaciones, alimentos o bebidas que se asocian al hábito de fumar.
6. Beber abundante cantidad de agua, zumos, llevar una alimentación equilibrada y moderada que le permitan impedir la ganancia de peso.
7. Realizar ejercicio físico para liberar el estrés, la ansiedad, impedir el aumento de peso.
8. Desviar la atención cada vez que ansiemos un cigarrillo realizando ejercicio físico.
9. Después de comer, mejor es levantarse rápidamente y cepillarse los dientes.
Nos parece fundamental, insistir hasta la saciedad que es clave promover los hábitos de vida cardiosaludables y de la necesidad de hacerlo desde edades tempranas ya en los colegios, para poder disminuir el impacto tan importante que actualmente tienen las Enfermedades Cardiovasculares sobre nuestra comunidad. Desde estas breves líneas, quiero hacer llegar a la población los primeros consejos para intentar recuperar la conciencia social de los hábitos cardiosaludables que nuestros antepasados ya realizaban, y que actualmente se encuentran contaminados por otras costumbres menos saludables.
Las dietas cardiosaludables deben seguir cuatro normas: Universal (para todas las edades), Nutricionalmente eficaz (variada y equilibrada), Complementaria y Adecuada a la actividad física (es un conjunto y cada alimento tiene su sitio), ser Prácticas y fáciles de seguir.
Cuyo Decálogo podemos resumirlo en:
1. Alimentos de origen vegetal: frutas, verduras, pan, pasta, arroz, cereales, legumbres y patatas
2. Consumir alimentos de temporada en su estado natural, escogiendo siempre los más frescos.
3. Utilizar el aceite de oliva como grasa principal, tanto para freír como para aderezar
4. Consumir diariamente una cantidad moderada de queso y yogur
5. Consumir semanalmente una cantidad moderada de pescado, preferentemente azul, aves y huevos
6. Consumir frutos secos, miel y aceitunas con moderación
7. La carne roja algunas veces al mes
8. Consumir vino con moderación normalmente durante las comidas y preferentemente tinto
9. Utilizar las hierbas aromáticas como una alternativa saludable a la sal
10. Realizar actividad física regular ya que es tan importante como comer adecuadamente.
El complemento ideal a una alimentación equilibrada cardiosaludable, es la práctica regular de algún tipo de actividad física, el ejercicio diario moderado reduce el riesgo cardiovascular, mantiene el peso corporal bajo control, reduce los niveles de colesterol sanguíneo, previene y controla la hipertensión arterial, disminuye la agregación plaquetaria, mejora el nivel de energía y hace sentir al individuo más fuerte mejorando su calidad de vida. En el caso de los adultos, se recomienda caminar durante un mínimo de una hora todos los días y para los niños se aconseja además, la práctica de su deporte favorito o actividad física al menos una hora al día.
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