Los tatuajes han pasado de ser un estigma social a una seña de identidad para las personas que los llevan en Ceuta. Con el paso de los años, ha ido cambiando el estilo de los diseños y también el perfil de las personas que llegan a los estudios para tatuarse.
Las cámaras de FaroTV han hecho un recorrido por algunos de los estudios de la ciudad para conocer en primera persona a estos profesionales así como para vivir el proceso de tatuarse en su propia piel.
Lorda es el fundador del estudio Lorda Tattoo, aunque él dejó este mundo hace unos años y ahora son sus hijos quienes han seguido sus pasos. Él tuvo la idea de montar un estudio de tatuaje en Ceuta en el año 91, “pero me quitaron las ganas. Necesitaba un equipo y materiales que no me podía permitir. Era un alto coste de herramientas”. Conforme fueron pasando los años, ya en la década del 2000, Lorda tatuó por primera vez gracias a un amigo que tenía máquina. Ahí fue cuando “empecé a gestionar, a hacer llamadas e investigar y me di cuenta que ya no era tan caro meterse a tatuar”, explica.
Así pues, empezó en su sótano con los primeros clientes hasta que montó su primer local. Ya no se dedica a ello: “Me gustaba un montón, era un trabajo cómodo y bonito pero llega un momento en que la gente te pide ciertas cosas que te aburren. Enseñé a mis dos hijos y ahora el estudio lo lleva David. Yo cojo a algunos clientes amigos míos y me dedico ya a otros temas”.
Continuando el recorrido por la ciudad, encontramos el estudio 13 Tattoo en la Avenida de África, en el que trabajan Jorge y David. Jorge es el dueño y empezó haciendo “tatuajes chiquititos, lo típico. Después me formé un poquito más, fui a seminarios, convenciones... y ya es todo realismo, fotorrealismo, tatuajes grandes, y old school también hacemos bastante”. Al igual que ha ido evolucionando con los diseños y el estilo “también ha ido cambiando la gente a nivel de lo que es la calidad del tatuaje”. Hoy en día, “te da cierto nivel social, ya que el tatuaje es un lujo y hay que pagarlo”.
Por su parte, David es aprendiz de Jorge, quien le enseñó a tatuar hace unos cuatro años. Además de la técnica, que se aprende a base de cursos y prácticas, Jorge le recordó que tatuar es mucho más que plasmar un dibujo en la piel, hay que “mirar cosas importantes, como las enfermedades de la piel o tener en cuenta las enfermedades de cada persona, porque para tú tatuarte tienes que cumplir una serie de requisitos, no te puedes tatuar si estás embarazada, si estás lactando, si has tomado antibióticos días antes... Hay cosas que tienes que saber”.
Otro de los estudios de tatuaje de la ciudad está ubicado en el Paseo de la Marina. Se trata de Primero la Familia Tattoo, fundado por Sandro, quien lleva en el mundo de los tatuajes desde los 14 años. Sandro asegura que “ahora no es como antes. Ahora tatuarse es una moda. El tatuaje es como un evento social que está ya bien visto. Antes no había información, modelos, redes sociales, no había tanta exigencia en el mundo del tatuaje”.
Tampoco había tanta exigencia en cuanto a los requisitos que se necesitaban para ser tatuador. “Cuando empezamos valía con el título de Higiénico Sanitario, pero ahora a nivel de Andalucía hay que sacarse una titulación que va un poco pareja como una FP, que además cubre a nivel Europa”, detalla Christian, tatuador también de Primero la Familia Tattoo.
Él llevaba toda la vida dibujando y aunque siempre “he querido engancharme a este mundo, no le hice mucho caso”. Hasta que un día, decidió irse con Sandro al estudio para diseñar los dibujos y este le animó a comprar un kit de iniciación y sacarse las titulaciones. Y ahí sigue desde entonces.
Chumi es otro miembro del equipo Primero la Familia Tattoo, quien se encargó de explicar a las cámaras de FaroTv todo el proceso de tatuarse, desde que una persona entra en el estudio hasta que tiene el diseño marcado para siempre en su cuerpo.
Una vez elegido el diseño definitivo, lo que se hace es pasarlo “del ordenador al folio y del folio al papel estográfico, que es el papel que se usa para pegar” el diseño en el cuerpo. Esto se hace con el “extensive, que es la crema que usamos para pegar”. Esa prueba se puede cambiar tantas veces como se desee hasta elegir en qué parte del cuerpo quieres que quede marcado el resultado final.
Para tatuar, utiliza “una máquina de bobina, que son las clásicas. ¿Por qué se llaman máquinas de bobina? Porque tienen dos bobinas y funciona a base de mecanismo, pulso, fuente de alimentación y el voltaje, que hace que esto se mueva, cuando más velocidad, más rápido se va a quemar”.
Antes de pinchar por primera vez para iniciar el tatuaje, “lo más importante es estirar la piel. Si no estiras no va a entrar bien la aguja”, recalca. A partir de ese momento, “prohibido moverse”, que comienza el trabajo. El diseño se comienza por las líneas y después se continúa con el relleno, que se suele hacer con “agujas en forma de escoba, porque no es lo mismo una línea que un relleno”.
Respecto a las agujas, Chumi explica que existen de diferentes grosores y e incluso “dentro de la misma aguja, del nueve, tienes para hacer tres familias más. Tienes el grosor de 25, de 30 y de 45mm y luego hay otra nueve que es más ancha para colorear y sombrear”, detalla.
Una vez terminado el diseño sobre la piel, “te voy a poner un plástico que te vas a dejar una o dos horas”.
Pili tiene 24 años y es una de las pocas mujeres que se dedica a tatuar en la ciudad. Aunque “yo he dibujado desde pequeña, no tenía planteamiento de acabar de tatuadora, pero como me tatuaba, vi una salida aquí y gracias a la oportunidad de mis compañeros acabé tatuando”. De eso han pasado ya dos años, momento en el que comenzó en el estudio Primero la Familia Tatto junto a Chumi, Sandro y Christian. Para ella, la idea “es que un tatto solo lo tengas tú, que sea algo personal”.
Tatuar no es tan sencillo como parece y los profesionales deben contar con una serie de habilidades. Para Chumi, “los mejores tatuadores son los que saben dibujar y no todos saben. Cuanto mejor sepas dibujar, mejor vas a tatuar, porque, por ejemplo, sabes dónde sacar sombras en sitios que el que no sabe dibujar no lo ve”.
A esto hay que sumarle un buen pulso, tal y como comenta David, del estudio 13 Tattoo. “El tatuar para mí es más matemática, porque no es una cosa sencilla, porque tú puedes dibujar muy bien, pero es como otra técnica de pintura. Es tener la mano muy tranquila, ser una persona relajada, tampoco puedes ir con nervios. Es un proceso que agobia mucho, sobre todo al empezar”.
A día de hoy, en ciertas empresas o sectores sigue habiendo tabús y no te permiten trabajar si los tatuajes son visibles, aunque es un asunto que ha ido evolucionando con el paso de los años en todos los aspectos, como en la calidad, el diseño o el color. “La gente es de negro y gris de siempre, pero desde hace más o menos dos añitos está cambiando. A la gente no le da tanto miedo meter el color porque había estigmas, más bien antiguos, de que el color se va, y no”, especifica David, de 13 Tattoo.
Eso mismo reitera Christian, de Primero la Familia Tattoo, cuyo “volumen más grande de clientes es siempre en realismo, pero es verdad que tengo mi clientela de color que es un poco más friki”.
“Ahora me encanta porque vienen hacerse virguerías, movidas de ficción, pero siempre que se vean con volúmenes, como si fueran cuadros. Ahora por ejemplo si me gustaría tatuar”, manifiesta Lorda.
“El proceso de curación es simple pero hay gente que se lía un poco. Nada más salir de aquí con el tatuaje recién hecho lleva una capa de vaselina que es bioactiva, que sirve para evitar el sangrado, la inflamación y un plástico. Ese plástico lo que hace es evitar la infección durante las primeras 24 horas. Ese plástico hay que cambiarlo cada tres horas, lavar el tatuaje con agua y jabón, un jabón neutro a ser posible, y después aplicar una finísima capa de crema reparadora. Después de ese día con el plástico ya es una regeneración de la piel como cuando tienes una herida que te vas echando crema para que no esté seco ni excesivamente hidratado, capas finas de crema y lavarlo por la mañana y por la tarde durante unos 10 o 1 5 días para que se regenere todo perfecto”, especifica Jorge, de 13 Tattoo.
Además de esa primera curación, es importante cuidar la piel cada día, porque “lo que se estropea no es el tatuaje, es la piel que hay encima y mientras más cuides esa piel, mejor va a mantener”, asegura Christian, de Primero la Familia.
En eso mismo coincide Segado, del estudio de Segado Tattoo. “La curación es toda la vida. Hay gente que se lo cura nada más hacérselo y después no se echan crema, entonces pierden el brillo. Por eso, yo siempre digo que se esté echando crema hidrante continuamente”.
Para concluir, Chumi, al terminar de tatuar, recordó que “el tatuaje te va a durar tanto como tú lo cuides. Si pasas del tatuaje, se irá estropeando”.
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