¿Hay futuro para Ceuta más allá de Tarajal?, ¿se han preocupado los gobernantes marcados por distinto tono político en encontrar otros yacimientos económicos que no dependan ni de las gripes de la frontera ni de la capacidad adquisitiva del visitante marroquí? Nadie se atreve a ponerle el cascabel a un gato con el que los distintos gobernantes nunca se han llevado del todo bien. Quizá porque en torno a la gestión fronteriza, al futuro más allá del Tarajal, nadie se atreva a hablar con la valentía suficiente y con la claridad necesaria.
No hay valentía ni para concretar cuál será el grado de supervivencia ni cuestionar decisiones tan incongruentes como que en una Frontera Sur de Europa se apliquen criterios policiales cambiantes,
permitidos y auspiciados por la Delegación del Gobierno, para evitar la entrada a ciudadanos que un día pueden cruzar solo con su pasaporte mientras que
otros son rechazados si no presentan el visado a pesar de ser de Tetuán. La denuncia es de por sí grave, pero empeora cuando se han conocido casos de rechazos a personas que sí tenían esa documentación.
Los únicos en alzar la voz han sido los empresarios, pero ni siquiera ellos están unidos. Su aparente fuerza única protegida bajo el paraguas de la CECE, la Cámara y demás plataformas comerciales se resquebraja ante fracasos estrepitosos como los de las últimas concentraciones a las que no asistieron ni los que supuestamente son principales afectados por esa barrera económica que perjudica, a la larga, a muchos ciudadanos. Porque si un comercio no vende terminará echando a su personal a la calle y ese personal no tendrá cómo sacar adelante a sus familias. Es una bola de nieve que lleva creciendo años, pero que a nadie parece importarle.
Esta semana la Delegación del Gobierno se reunió con varios empresarios en un encuentro que no trascendió a los medios de comunicación. De esa cita nada se sacó en claro,
más allá de la confirmación de que España fue la que decidió cortar el porteo por ‘Tarajal II’ y del argumento de que las medidas de rechazo en frontera tienen que ver con la seguridad.
Son las mismas excusas harto difundidas ahora por una Delegación socialista y antes por una popular, pero ni una ni la otra han sido capaces de aclarar sus relaciones comerciales con Marruecos ni de garantizar una seguridad agrietada por otras vías que no son esa frontera.
Lo que no termina de calar es el mensaje de la fuerte dependencia que se tiene de un Tarajal que parece tener los días contados y de cuya fluidez no solo depende el puro comercio transfronterizo sino una parte importante de la actividad global de la ciudad al no haber otras alternativas económicas. ¿Tiene la Administración general una ruta, un rumbo claro para sacar a flote una ciudad que tiene más de 12.000 parados, solo rebajados con los parcheos de los planes de empleo?
La clase empresarial alzó este sábado la voz. Está preocupada. A pie de calle esa preocupación anida de forma sangrante entre quienes han visto cómo sus relaciones con negocios del vecino país se han ido perdiendo a golpes. Marruecos dice abiertamente que ha puesto fecha al fin del porteo, Ceuta no habla al respecto pero adopta decisiones cuanto menos extrañas como permitir la devolución a pie de frontera de personas que tienen su documentación en regla, tetuaníes a los que se les pide visado. Hay empresarios que tienen constancia de que se ha impedido la entrada a turistas marroquíes después de haber estado esperando hasta cinco horas para llegar a la frontera española. Sin hablar de las personas que han comprado mercancía de forma lícita y se les interviene cuando no hay frontera comercial. Incluso ha habido casos de transfronterizas que de regreso a Marruecos les han sido retiradas bolsas de compra. ¿Qué argumento se da estas decisiones? Se disfrazan bajo la excusa de la seguridad sin que nadie acierte a decir con claridad qué está pasando.
La variabilidad fronteriza tiene sus consecuencias más allá de las protestas empresariales porque, según expertos, puede generar una “desinversión de las empresas locales” además de “fugas y quiebra de entidades” amén de la huida de “grandes operadores” que rechacen su desembarco. De suceder esto se puede generar un efecto susto que provoque la no integración de entidades de peso.
Sospechosamente ningún partido político se pronuncia sobre un asunto de gravedad. Si bien puede tener su grado de importancia que haya ratas en una barriada o que las asociaciones vecinales reciban o no sus subvenciones para verbenas... el futuro de la ciudad merece algo más de implicación a unos niveles que no responden, anestesiados ante una realidad sospechosamente delicada.
Los empresarios en pie de guerra por la gestión del porteo y frontera
La Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), tras reunirse con la Delegación del Gobierno, ha expresado sus discrepancias por el criterio de funcionamiento adoptado por las autoridades españolas en el Paso del Tarajal, que está provocando “una paralización sin precedentes de la economía local”, manifiestan los empresarios. A pesar, añaden, “de las numerosas reuniones, sugerencias y propuestas llevadas a la Delegación del Gobierno”.
“La CECE no entiende, cómo clientes que años atrás accedían con total normalidad a nuestra ciudad, y que, en gran parte han ayudado a tener la variedad comercial, empleo y al crecimiento de Ceuta; se vean retenidos y se les deniegue la entrada sin ninguna justificación ni criterio, y que ante esta situación, se vean obligados a buscar nuevos mercados donde realizar sus compras”, argumentan.
En este sentido, la Confederación de Empresarios reitera que tampoco llega a entender cómo “ningún responsable del Gobierno de la Ciudad” trate ni manifieste su preocupación por este tema, con la repercusión e incidencia que tiene esta situación en el presente y futuro de los intereses y bienestar económico y social de todos los ceutíes. La Ciudad ya ha anunciado que se reunirá con ellos.
La CECE “apoya totalmente” a la Plataforma de Empleados del comercio ceutí damnificados por la frontera, que son los primeros conscientes de la situación y descenso de actividad comercial y que ven peligrar “muy seriamente” sus puestos de trabajo. “Pero desgraciadamente no serán los únicos, porque esta situación afecta ya a todo el comercio ceutí”, lamenta la CECE.
“Se avecinan fechas vitales para el comercio y la economía ceutí y en caso de no revertir y dar un giro a esta situación, la CECE comienza a plantearse volver a retomar el contacto con el resto de agentes sociales y otras organizaciones de la ciudad, para valorar actuaciones de manera conjunta que ayuden a visualizar y concienciar a la sociedad de la situación de ahogamiento que está viviendo nuestra ciudad”, advierten.