Es el aeropuerto de Gibraltar la concesión Europea que no podemos permitir? ¿Es el aeropuerto la auténtica verja a eliminar? La gestión compartida del aeropuerto de Gibraltar entre el Reino Unido y España debería ser una de las líneas rojas en las negociaciones del nuevo Estatuto Europeo sobre Gibraltar porque esta conquista sería una auténtica palanca para esa pretendida “zona de prosperidad compartida”, buque insignia del nuevo Tratado. Uso hispano-británico del aeropuerto de Gibraltar o construcción de la terminal española del aeropuerto del Peñón. Y no se trataría ahora de aumentar la contaminación atmosférica y/o acústica de la zona sino de ofertar, al menos, algún trayecto de ida y vuelta a Madrid y a Barcelona como ya se hiciera entre los años 2006 y 2010. Si el cese de ese servicio fue un problema de rentabilidad, habría que repensar fórmulas para programar esos vuelos: fines de semana, excepción ibérica, buses de conexión con Tarifa, San Roque, Sotogrande, helicóptero Ceuta-Gibraltar, escalas, derivación de pasajeros del aeropuerto de Málaga, paquetes turísticos.
Es paradójico que los habitantes del Campo de Gibraltar y de Ceuta tengan que desplazarse a Málaga o a Jerez de la Frontera para viajar a otras Comunidades Autónomas o a Europa, teniendo un aeropuerto situado a tan solo 500 metros de la Línea de la Concepción. Actualmente, desde el aeropuerto de Gibraltar se puede viajar a Londres y a Manchester en vuelos de Easyjet y British Airways. Una comarca tan joven como la del Campo de Gibraltar, sin un AVE Algeciras-Antequera Santa Ana y sin aeropuerto, seguirá cerrando comercios, abandonando fincas, expulsando a sus jóvenes... miel sobre hojuelas para la delincuencia y la economía sumergida. Los fondos europeos serán estructurales o se esfumarán como nubes en días de poniente claro.