Han pasado más de 6 años desde aquel 15 de febrero de 2017 en el que a Susana Román, por aquel entonces consejera de Economía, le comunicaron que estaba detenida tras presentarse voluntariamente en la Jefatura Superior de Policía de Ceuta.
Esta tarde Román ha podido por fin ante un tribunal, el de la Sección VI de la Audiencia Provincial, contar lo que lleva años guardando en torno al ‘caso Emvicesa’. Contar las bases de una acción delictiva imposible que le ha llevado sin embargo a sentarse en el banquillo de los acusados. Hoy todavía se pregunta por qué se encuentra en esta situación enfrentada a penas de prisión.
Dicen que el tiempo es sabio, Román simplemente confía en que la detallada exposición que ha ofrecido ante el tribunal sirva para que por fin pueda colocar una sentencia absolutoria en un expediente personal sometido a una particular travesía del desierto.
Emocionada ha rememorado a preguntas de su abogado Javier Izquierdo cómo se topó con una historia nunca imaginada que comenzó con una detención, pasó por una estancia infernal en los calabozos y terminó con su puesta en libertad con cargos y el inicio de una andadura por demostrar que su verdad es la verdad.
"Sabía que me estaban buscando, cogí el coche y volví a Ceuta"
“Aquel día yo cogí el primer barco porque tenía una reunión con Soraya Sáenz de Santamaría en Madrid. Tenía que ir al Senado y marché con mi coche particular. Llego a Málaga y me llaman para decirme que mi compañera Rabea Mohamed había sido detenida y Mohamed Alí también. Me había encontrado con Jacob Hachuel en el barco y lo llevaba en mi coche, fue entonces cuando le dije que la próxima iba a ser yo porque estaban deteniendo a miembros de la Comisión Local de la Vivienda”.
“Llamé al jefe superior de Policía y me dijo que estaba ocupado. Llamé entonces al segundo y le dije que sabía que me estaban buscando, que me volvía en el momento a Ceuta y me volví. Cuando llegué, hablé con quien era mi abogado Jorge Martín”, acudiendo así a las dependencias policiales.
“Cuando quise declarar me dijo el policía que prefería que no lo hiciera, le comuniqué que declaraba y la primera pregunta que me hizo fue por algo de febrero de 2012 cuando yo ni estaba. El tiro era errado porque ni siquiera él sabía quién presidía la comisión en esa fecha. Declaré, fuimos al juzgado y aquello fue de ciencia ficción. El secretario judicial no estaba en la sala donde se me tomó declaración”, ha narrado, sin que todavía más de 6 años después sepa por qué le detuvieron.
"No era un terrorista, éramos tres desgraciados"
Todo aquello sucedía en el marco de un despliegue policial de película, nunca antes visto y que también ha sido recordado por la expolítica.
“No he visto tanto despliegue policial en mi vida, bloquearon las calles aledañas al Palacio de Justicia. Mi marido no sabía nada, pasaba por allí y al ver todo aquello pensó que había pasado algo con algún terrorista detenido y resulta que eran Susana Román y 3 desgraciados más”.
“No he visto ese despliegue en mi vida. Había salido a las 5 de la mañana de casa, no había comido, no cené. A mí no me dieron ni un bocata, me dejaron abajo, fresquita muy fresquita”, ha dicho de forma irónica en alusión a las condiciones que tuvo que vivir en los calabozos.
“Sigo sin entender la necesidad de aquella detención hecha de aquella forma. Pero qué he hecho” se preguntaba, haciendo alusión a las formas usadas en el interrogatorio porque la jueza instructora “atosigaba”.
La lista fantasma y el inicio de un día duro
Román insiste a la hora de responder si en alguna ocasión ha podido cometer alguna irregularidad. “Jamás”, ha dicho tajante.
Esta historia de la que tiene que escribirse ahora el final comenzaría con la publicación de la lista fantasma, una hilera de nombres sin membrete y falsa que incongruentemente obtuvo publicidad y difusión. Algo que también ha recordado la acusada en su declaración.
“Tras la publicación de la lista fantasma… ese fue un día duro. Llamé al presidente, quedamos en Presidencia y nos pusimos manos a la obra. Cerramos las oficinas de Emvicesa, recogimos documentación y llaves. Decidimos hacer eso por la seguridad de ellos, de los empleados, porque temíamos que se pudiera liar alguna algarada. Fui yo la que tomé las decisiones y me eché a las espaldas esa responsabilidad”, ha detallado.
Sobre ordenanzas y el papel de la comisión local
La expolítica ha recalcado que ella no ordenó el procedimiento de las 317 y que la normativa aplicable adecuada era la del acuerdo marco con el Estado y no la ordenanza de 2006.
Sobre la Comisión Local de la Vivienda no tenía competencia para aprobar absolutamente nada. “No he encontrado ningún precepto en esa ordenanza”, ha remarcado. Tampoco tendría funciones de fiscalización.
“Éramos un grupo de políticos y además en la ordenanza no hay artículos que te diga que tienes que fiscalizar el trabajo… Me parece fuera de lugar que políticos revisen es como si un ministro tuviera que revisar” lo que hacen otros expertos en la materia.
Ahora años después, tras tener que empaparse toda la normativa, ha tenido que ir descifrando cómo se actuó, qué era oportuno aplicar y qué no, pudiendo corroborar que lo correcto no era la normativa aplicada en su día.
“Es la desgracia de que te toque una imputación de este calibre”, que se tiene que hacer una labor propia de ratón de biblioteca. “En esa época soy consejera de Hacienda, me dedicaba a mis labores políticas: estaba en Madrid, en comisiones… y no tenía ni idea de ordenanzas pero sí plena confianza en gerentes de todas las sociedades. Ahora hemos ido reconstruyendo el procedimiento y así ya hemos sido capaces de tener el cuadro final”, ha zanjado Román.