Las subvenciones recibidas por el movimiento vecinal se han convertido en una auténtica caja de bombas para un Gobierno, el de Ceuta, que lleva años exigiendo una fiscalización de todas esas ayudas ofrecidas. Lo lleva haciendo desde la necesidad de comprobar con total detalle a dónde va el dinero que reciben las asociaciones y que desde hace cinco años está congelado, lo que ha derivado en la ausencia de eventos organizados.
Ahora es el PSOE el que propone que se retomen esas subvenciones y lo hace proponiendo un cambio de fórmula para que “se adopte un modelo nominativo frente al conjunto”, indican en una nota de prensa remitida a los medios de comunicación. “Hasta ahora cada asociación debía presentar una pormenorizada documentación que la Ciudad gestionaba de manera conjunta para hacer entrega de la partida de 60.000 euros destinada al movimiento vecinal. El problema surgió cuando alguna de esas asociaciones no justificó los gastos o carecía de algún tipo de documento y, por lo tanto, no se entregaba la partida, ya que no se podía separar”, explica el PSOE.
“Con el nuevo modelo”, que propone el partido que encabeza Manuel Hernández, “cada asociación que haya justificado debidamente sus gastos y presentado la documentación correspondiente recibiría la subvención. Por su parte, aquellos que no lo hagan, deberían recibir la pertinente sanción”, apuntan, exigiendo una fiscalización adecuada al montante entregado a la FPAV.
De momento el Ejecutivo no se ha pronunciado, pero sí tiene claro que estas cantidades de dinero deben ser entregadas en base a un control absoluto del destino de esos euros, después de que años atrás no se haya podido justificar cada extremo. Es lo que hizo que se ‘cortara el grifo’, situación que se repitió de igual manera con las asociaciones juveniles. Esta situación de carencia de subvenciones es lo que ha llevado a que no haya actividades en los barrios y a que, de haberlas, tengan que ser sufragadas por los propios vecinos de su bolsillo.