En una madrugada de frío y lluvias permanentes e intensas, pequeños grupos de inmigrantes intentaron su entrada en Ceuta. Doce lo lograron, de ellos 9
subsaharianos y el resto yemeníes. Todos fueron localizados por la Guardia Civil en franjas horarias distintas: desde primera hora de la noche hasta la madrugada. Los jóvenes, todos varones y de Guinea, Sudán y Yemen, consiguieron cruzar bien saltando la
valla o bordeando la zona fronteriza de
Benzú.
El destino que les espera es el del ingreso en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes -CETI-, al igual que hicieron los
otros diez subsaharianos que fueron interceptados este pasado jueves.
El protocolo siempre es el mismo: sanitario a través de Cruz Roja, siguiendo las medidas de seguridad y prevención del covid, y policial, mediante la reseña de la identidad de todos ellos antes de su posterior ingreso en las instalaciones del Jaral.
La alerta naranja de lluvias intensas no frenó el intento de entrada de estas personas a pesar de poner en riesgo sus vidas. Fueron localizados tanto en la carretera, deambulando, como en la playa. Ellos fueron los que lo consiguieron, pero otros compatriotas quedaron atrás en el intento frustrado de sortear primero el control que a modo de fortaleza realiza Marruecos en su territorio, para luego hacer lo mismo en el lado español.
A diferencia de lo ocurrido en Melilla en las últimas semanas, en Ceuta se sigue produciendo un intento de entrada por goteo, permanente pero de grupos minoritarios y aislados, que se aproximan a un vallado cuyo proyecto de seguridad quedó a medio camino sin que se haya comprometido mayor inversión para este ejercicio.
Por cierto que los yemeníes se suman a los que en las últimas semanas están entrando en nuestra ciudad, generalmente a nado y bordeando alguno de los dos espigones fronterizos. En sus casos escapan de los conflictos registrados en su país, a los que no se les ha puesto solución.