Grupos rezagados de subsaharianos se acercaron durante la jornada de ayer al vallado que separa Ceuta de Marruecos intentando sortear el blindaje de peines invertidos que ha venido a sustituir las concertinas. Solo uno logró pasar la valla, al menos que conste de manera oficial ya que en algunas ocasiones, una vez que llegan a la ciudad, se esconden hasta que, a posteriori, se presentan en el CETI.
Sospechas que los relacionan con el grupo de 150 inmigrantes que trató de saltar la valla
Los acercamientos fueron continuados, especialmente a primera hora de la tarde, y se sospecha que puedan ser integrantes del grupo de unos 150 inmigrantes que quiso aproximarse a la valla, de los que solo 60 consiguieron estar más cerca de la doble línea perimetral. La Guardia Civil y los agentes del vecino país coordinaron sus actuaciones para evitar la entrada, la primera en un número elevado que se producía desde hacía casi dos años.
Las fuerzas marroquíes llevaron a cabo batidas por la zona, pero muchos de estos jóvenes consiguieron escapar y permanecer ocultos evitando así su alejamiento de la zona fronteriza. Las pocas oportunidades que tienen de conseguir la meta es sortear a la carrera el vallado y emprender la escapada a toda prisa. Las trabas en el lado marroquí ya aminoran unas fuerzas que, en demasiadas ocasiones, se pierden al topar con la estructura sometida al cambio ordenado por el Ministerio de Interior para justificar la eliminación de unas alambradas que causaron muertes y heridos.
En la jornada de ayer fue atendido un subsahariano que se suma a los dos que, el jueves, también sortearon la valla y que se presentaron en el centro del Jaral comunicando que acababan de cruzar la valla.
Tras el paso de la cuarentena en la nave del Tarajal pasan a ingresar en el CETI.