Un acusado de yihadismo de Ceuta ha afirmado este martes que la declaración del testigo protegido que motivó la condena de 17 años que le impuso la Audiencia Nacional, posteriormente anulada por el Tribunal Supremo, es fruto de "un ajuste de cuentas".
Un argumento que ya sostuvo para defender su inocencia en una carta manuscrita enviada y publicada en El Faro de Ceuta: “Me encuentro en prisión acusado por falsas declaraciones de un testigo protegido por la Policía”.
"No soy el papa, pero terrorismo no hago", ha añadido Abdelilah Chellaf Baali, alias Stilike, nacido en Marruecos, en el juicio que está repitiendo la Audiencia Nacional por orden del Supremo tras anular la anterior sentencia.
El acusado se enfrenta, junto con el ceutí Icham Abdeselam Mohamed, a una petición del fiscal de 20 años de cárcel por integración en organización terrorista y depósito de armas de guerra con fines terroristas.
En la sentencia anulada, la Audiencia Nacional condenó a ambos a sendas penas de 17 años de cárcel al considerar que desde 2011 y hasta su detención en 2017 formaban parte de un grupo que se reunía "en la más estricta confidencialidad" cada jueves en el garaje de Abdelilah, en la zona de Arcos Quebrados, en el barrio ceutí de El Príncipe, "para tratar temas de la yihad islámica", "ensalzar atentados suicidas del Dáesh" e "incitar a cometer actos similares".
Credibilidad al testimonio del testigo protegido
Para condenarles, el tribunal dio credibilidad al testimonio del testigo protegido, que conocía a los condenados porque durante un tiempo se dedicaron al tráfico de drogas y que manifestó que en las reuniones se habló de hacer "algo en Ceuta" por los "hermanos", además de revelar que poseían armas de guerra -un fusil de asalto con munición y dos machetes-.
Para revocar la condena, el Supremo se basó en que la Sala que juzgó a los dos yihadistas estableció, sin la motivación exigible, la protección máxima al testigo de cargo, que declaró en la vista mediante videoconferencia, sin ser visualizado y con la voz distorsionada.
En este nuevo juicio, Abdelilah ha relatado que pese a desconocer la identidad del testigo protegido pudo reconocerlo después de que en la anterior vista oral mostraran una foto de un arma encontrada en su garaje tras el registro y que "todo el barrio sabe de quién es".
Según su testimonio, el testigo protegido pertenece a una banda rival, y que está "más claro que el agua" que se trata de un "ajuste de cuentas".
Es "como una película" en la que un delincuente declara "para que el fiscal quite cuatro años a su condena", ha denunciado.
"Estamos en un caso en que lo que dice un delincuente va a misa, y todo lo que digamos nosotros no vale nada", ha reseñado Abdelilah.
El otro acusado, Icham A.M., se ha ratificado en que no mantenía amistad con Abdelilah ni se reunió con él, a pesar de ser parientes.
Icham, que trabajaba como vigilante en un polígono industrial de Ceuta, ha señalado que sospechó "por rumores de la gente" cual podía ser la identidad del testigo protegido.
La esposa de 'Stilike'
La esposa de Abdelilah, que ha declarado como testigo, ha negado que él estuviese vinculado al yihadismo, que se encuentra en silla de ruedas desde 2013 y que tuvieron que desplazarse a Barcelona para su tratamiento médico.
También ha apuntado que si hubiese visto el "mínimo indicio" ella misma hubiese denunciado a su marido.
El guardia civil encargado de tomar declaración al testigo protegido en 2016 ha afirmado que este se presentó de manera "voluntaria" y que tras analizar su testimonio comprobaron su "veracidad" al ver que era similar a la información que habían recabado previamente.
El agente ha negado que se ofreciera al testigo cualquier beneficio a cambio de la declaración y ha agregado que no se halló ningún indicio de enemistad con los acusados, solo que era una persona "relacionada con el entorno del narcotráfico".
El juicio continuará mañana con más testigos.