Soufian descansa en paz. En su tierra, en Tetuán, el lugar del que marchó hacía solo unos días con la intención de cruzar a la Península.
Una puñalada mortal en el puerto de Ceuta terminó con el sueño de este joven de 24 años que no tenía trabajo y que formaba parte de una familia pobre. Seis hermanos, un padre albañil que quedó en paro, una madre que tiene que sacar a todos los integrantes adelante... El panorama en el hogar de Soufian Chaikh era el mismo que se repite en muchos de Marruecos, de donde salen jóvenes y menores buscando otra oportunidad. Por expreso deseo de su familia y gracias a la colaboración de muchas personas sensibilizadas por la causa, se pudo llevar a cabo en la mañana de ayer el traslado del cadáver a Marruecos. Desde la sala de autopsias de Santa Catalina fue llevado hasta la frontera del Tarajal gracias a las gestiones de la Funeraria Al Qadr. Un grupo de porteadoras que intentaba cruzar con sus bultos, al pasar el coche fúnebre, se apartaron a un lado y mostraron en alto sus plegarias y rezos dedicados al joven. De Ceuta a Marruecos. Allí, al otro lado de la frontera, esperaban familiares y amigos, entre ellos Mohamed, el padre del joven. Allí se hizo el traslado del ataúd a una ambulancia para llevarlo hasta su hogar antes de procederse a su entierro. Soufian había marchado de Tetuán el sábado con el objetivo de esperar en el puerto de Ceuta para cruzar a la Península. Solo llevaba dos días en la ciudad, dos días de intentos de pase que terminaron de la peor de las formas: desangrado tras sufrir una puñalada. El autor del homicidio ya está preso. Es otro tetuaní de 19 años que reconoció haberse peleado pero no haber hecho uso de un arma blanca para cometer el homicidio. "Con 800 dirhams en el bolsillo había cruzado a Ceuta el sábado para ir a la Península” Soufian había dejado Marruecos con 800 dirhams en el bolsillo. Con su documentación cruzó la frontera y entró en Ceuta el sábado 27 de abril. Se despidió de su familia. Atrás dejaba una vida de pobreza. El año pasado había trabajado en un garaje-taller cambiando ruedas. Después quiso establecer una peluquería pero sin dinero era labor imposible. Con su documentación y ese dinero entró a la ciudad directo a buscar la salida desde el puerto, como hacen muchísimos marroquíes sin saber qué se van a encontrar en un submundo en el que hay grupos dedicados sencillamente a robar. Eso es lo que denunciaron ante las cámaras de FAROTV los menores del puerto, los que se encontraban con Soufian antes de que le apuñalaron. Dijeron que
el detenido y otros dos compinches más quisieron robarles, como hacen de manera habitual, y que Soufian les defendió. Recibió una puñalada mortal y corrió desangrado hasta desplomarse en la explanada del muelle. Allí lo vio la Guardia Civil, ingresando ya cadáver en el Hospital.
Dos días en Ceuta, dos días buscando la escapada para terminar encontrando la muerte. Ahora la familia de este joven entierra al hijo que soñó con tener un trabajo, con tener un futuro. Al hijo que dejó padres y cinco hermanos. Al hijo que soñaba con trabajar de peluquero y que entró a Ceuta con sueños para dejarla muerto dentro de un ataúd. La vida de los inmigrantes se escribe en demasiadas ocasiones con letras de sangre, a base de sueños rotos. Son historias criticadas por muchas personas que desconocen la realidad que hay detrás de quienes son capaces de dejarlo todo por un futuro que se antoja incierto.
La tragedia de este pase
Soufian quería marchar a la Península pero no duró más de dos días en el intento. Dicen que el destino de cada uno está ya escrito, en el caso de Soufian de ser así fue demasiado dramático. Era un joven de 24 años que solo quería tener un sueño, ser peluquero, y tener una posibilidad de futuro. La perdió en el camino por una puñalada que terminó desangrándolo, que lo dejó tirado en el puerto, en el lugar que había sido su escenario de vida.