Sacar adelante una protectora de animales no es tarea fácil. Pese a que el cariño y los cuidados hacia los animales sobren, siempre hacen falta un par de manos más y el apoyo económico, fundamental para garantizar el bienestar de sus inquilinos. La Protectora de Ceuta es pequeña pero lleva tiempo ayudando a los animales, y tiene gran experiencia en el cuidado y adopción de perros.
Además, estos perros necesitan mucha paciencia para poder superar esos traumas y llegar así a tener la oportunidad de estar con una familia que les quiera y que les cuide como se merecen. Sin embargo, en la Protectora están sufriendo las consecuencias del verano.
“Está siendo un poquito complicado porque en esta época siempre hay más problemas con las adopciones y también está habiendo mucho intento de abandono. Nos encontramos con muchos avisos de la calle, que está teniendo que atender nuestro servicio de recogida. Además, en la Perrera Municipal están teniendo mucha presión y nos piden ayuda. Pero, aquí nos encontramos con los aislamientos llenos y está siendo muy complicado porque nos encontramos con pocos adoptantes”, explica Rocío Ríos, miembro de la Junta Directiva de la protectora.
En la época veraniega todos queremos disfrutar y eso hace que “no nos sea tan fácil encontrar casas”. “En estos meses anteriores sí hemos tenido mucha suerte y hemos encontrado muchas casas, pero ahora hay un parón grande tanto de acogidas como de adopciones”.
La entidad funciona con menos voluntarios para pasearlos, las visitas de adoptantes o familias de acogida son a cuenta gotas, no hay posibilidad de trasladar animales a Francia o de financiarse con la venta de productos en la calle. De ahí que la Protectora de Animales de Ceuta no pase por su mejor racha por la saturación de animales y las condiciones de las instalaciones.
“Aquí hace una calor terrible porque el sol pega mucho. Los patios son de cemento y eso hace que absorba todavía más el calor y los animales lo pasan peor. No es lo mismo una casa, bien sea temporal o definitiva, en la que puedan estar más fresquitos o puedan ir a la playa. Aquí no tenemos tanto tiempo ni tantas manos como para poder llevarlos y el voluntariado ahora con el verano decae mucho. Eso influye en que no paseen por las zonas de pantano o playa, no se puedan bañar tanto como nos gustaría y se les haga mucho más difícil estar aquí arriba”.
La situación también es preocupante en cuanto a capacidad del centro. Actualmente la Protectora se encarga de alimentar, llevar al veterinario o sacar de paseo a unos 60 perros, mientras que la cifra de gatos es bastante mayor.
“Por suerte van saliendo algunos, pero no tanto como antes. Sobre todo en la Península estamos teniendo mucha suerte por esa vía y algunos se están yendo. Eso hace que más o menos vayamos manteniendo el mismo número, aunque no dejan de entrar nuevos casos y está siendo muy complicado”, suspira Rocío.
Sin embargo, el problema real de la Protectora en estos momentos es la financiación y el estado de las instalaciones. “Necesitamos el dinero para la comida, trabajadores y mantenimiento, pero con el temporal Filomena yo creo que todo el mundo pudo ver las carencias que hay de estructuras. Las canaletas ahora bien porque no hay lluvias, pero se nos prometió una ayuda con las obras y está todo ahora mismo parado y estamos esperando una respuesta. Pero es muy necesaria una reforma completa de toda la protectora porque tenemos humedades, muros por donde se cuela el agua, ramas de árboles metiéndose en las tuberías y es algo que hay que solucionar con urgencia”, lamenta.
Las adopciones también están muy paralizadas. No son muchos los que se animan a adoptar a un compañero de vida como puede ser un perro. Uno o dos animales salen al mes, pero esto no es nada para los 40 o 50 abandonos que puede haber. Eso es lo más importante en estos momentos, concienciar a los ceutíes de que no abandonen a sus animales porque la Protectora está al completo y sin espacio para admitir un animal más.