Hoy he colocado, en la puerta de entrada de mi hogar, un muñeco con una frase “Feliz Navidad”. Es una invitación al amor entre todos, a mantenernos más unidos, a gozar de nuestras vidas con una forma tan alegre que jamás pueda engendrar el malestar entre nosotros.
Es un nuevo reto que tenemos entre nuestros congéneres. Pero está ahí, dentro de nuestras posibilidades y hay que abrir esa caja que tanto escondemos, la de la sonrisa, ese momento mágico donde nuestro corazón “acariciamos”, para dar un latido de amor a la humanidad.
¡Basta de idioteces!, ¡Basta de estar en continuo ataque a la gente!. ¿Saben lo que es vivir en paz?. Aprendamos a sacar nuestras buenas voluntades, y dar ese pedazo de “amor” que tenemos escondido en algún lugar de nuestro organismo.
Y no por ser momento de una festividad apropiada, sino para ser nuestro “ideal” para nuestro futuro y presente.
Me contó un amigo que un día se tomó una pastilla equivocada, y empezó a bailar, sonreír, dar los buenos días a todo el que se encontraba en su camino. Y todos lo consideraron un “loco”.
Pero ¿realmente ser una persona diferente es para considerarlo con esta palabra, tan mal sonante?. Creo que hoy en día prevalece un rol que es ser serio e ir a lo suyo. Y esto es una equivocación, aunque todos hayan optado por hacerlo. La vida es única, y nosotros también. Debemos ser diferentes si deseamos tener un mundo con unas pautas que nos lleven a una felicidad.
Y yo sigo mirando mi muñeco hecho con cuerda, y trapos, pero seguro que se fabricó con todo el amor que nos falta en este mundo.
Muchas felicidades os deseo a todos y, por favor, dad al prójimo una sonrisa, que seguro pondrá un punto de sensaciones nuevas a este mundo donde estamos conviviendo.
Paz hermano
La sonrisa ha heredado
Nuestro corazón
Ha engendrado
Un amor
Que solo encontró
Un recuerdo de un beso
De un bello encuentro
Con nuestro recuerdo
Las olas hacen un revuelo
Y encuentran un señuelo
Donde la bondad vino
A nuestro lado
Los bellos de perfección
Por ser tan bonito.