Mi dolor de cabeza entra dentro de un mundo de calenturas donde desea dejar a parte todo ese malestar.
Camina firme hacia lo existencial y ve como los bolsillos están tan secos, como las ideas de los demás.
Me reprime el no contar con la calderilla de los ricachones y poder dar a luz los proyectos de mis lápices de memoria.
Allí quedan reflejados las mimbres de varios momentos, donde esas letrillas comienzan un largo recorrido de la creación.
No importa que me digan que no tienen sincronías, o que están mal hilvanadas, mas a mi me encanta, como han quedado terminadas.
Y es el “ego”, el que ha sido liberado y encontradas las palabras apropiadas para englobar eso que quería expresar.
Rutas de instantes.
Sonidos agradables.
Expresiones que se sienten.
Y yo aquí presente.
Con la sonrisa evidente.
De desear presentar mi mente.
A toda la gente.
Que desee leer.
Ya que música que no se oye.
Es gloria que no recoge.
Esos brotes.
De una espiritualidad acorde.
Con los dedos de la orbe.
Que me reflejan una inminente.
Ayuda, a mi sentimientos.