Sones que anticipan la Semana Grande

Aunque el calendario dicte que aún restan tres semanas para que irrumpa la Semana Santa, la ciudad se vio envuelta ayer, durante un puñado de horas, por los sones que esos días sirven de banda sonora a las estaciones de penitencia que protagonizan las cofradías.

Al mediodía, las cuatro agrupaciones participantes en el Primer Certamen Benéfico de Bandas, bautizado también como Memorial Jorge Luis Casas Heredia, iniciaron su recorrido hacia la Plaza Nelson Mandela en un sonoro pasacalles que animó el casco histórico. Dos de ellas lo hicieron desde la Iglesia de Los Remedios y las otras dos desde la Plaza de África, para converger en el espacio central situado junto al Auditorio del Revellín.
En ese punto fue donde confluyeron para protagonizar un concierto que sirvió como anticipo a las marchas que engalanarán la Semana Grande. La anfitriona era la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Caído y Virgen de La Amargura de Ceuta, de la que formó parte durante tres años Jorge Luis Casas, el joven de 19 años fallecido en accidente de tráfico un fatídico 30 de diciembre de 2011 y al que su hermandad ha querido rendir homenaje. Sobre el escenario estuvieron arropados por tres bandas llegadas del otro lado del Estrecho: la Banda de Cornetas y Tambores  Santa Ana de Olvera (Cádiz), la Agrupación Musical Nuestra Señora de Los Remedios de Estepona (Málaga) y la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno, Los Moraos, de Alhaurín de la Torre (Málaga). Tampoco quiso faltar la Asociación Cultural Banda de Música Ciudad de Ceuta, que fue la primera en hacer sonar ayer sus instrumentos .
Entre el público, hermanos mayores de varias hermandades y cofradías con el presidente del Consejo a la cabeza, Juan Carlos Aznar. También se dejaron ver el consejero de Juventud, Deportes, Turismo y Festejos, Premi Mirchandani, y el viceconsejero del área de Festejos, Salvador Jaramillo.
Con un día soleado jugando a favor y en un ambiente típico de Cuaresma, las bandas fueron desgranando parte de su repertorio. La Agrupación Musical de la Amargura, la última en colocarse sobre el escenario, interpretó Caído en tu Amargura, Caminando va por Tientos, Gitano de Sevilla y, quizás la pieza más emotiva, Desde el Cielo a mi Hermandad, la marcha cuya composición se encargó en su día a Francisco Javier González Gallardo como tributo póstumo a Jorge Luis y que se estrenó en el concierto de Cuaresma del pasado año. Su hermandad, y la banda a la que pertenecía, confirmaron ayer que no le olvidan.
El certamen tenía un marcado carácter benéfico. De hecho, durante el pasacalles y el posterior concierto se recogieron alimentos que aliviarán las necesidades de varias familias ceutíes. También a obras sociales irán destinados buena parte de los ingresos de la venta de artículos religiosos, de papeletas para un sorteo y de la barra instalada en la plaza. El hermano mayor de La Amargura, Raúl Moya, mostraba ayer su satisfacción por el éxito de la convocatoria. “Nos ha costado casi tres años organizarlo, pero está saliendo todo muy bien y tenemos ahora que consolidarlo”, aseguraba.

“Donde quiera que esté seguro que lo escucha”

Cristian también viajaba aquella noche del 30 de diciembre de 2011, un viernes, en el Opel Corsa rojo que a las 23.45 acabó envuelto en un aparatoso accidente en la carretera del Serrallo que le costó la vida a su hermano Jorge Luis. Antonio, otro de los hermanos, había compartido también vehículo pero se había bajado, por casualidad, sólo unos minutos antes. Ninguno de los dos quiso faltar ayer al estreno del certamen con el que la Hermandad de ‘La Amargura’ rendía homenaje a quien justo tres años antes, en 2008, había debutado en la Agrupación Musical con un primer concierto que animó la jornada a los mayores de la Residencia de Nazaret.
Hermano gemelo de Jorge Luis Casas, Cristian se colgó ayer el tambor y desde la última fila de la banda también le dedicó su particular tributo. “Le recordamos a diario, en cada momento. Y en actos como el de hoy, mucho más, porque esto era parte muy importante de su vida. Yo además era su gemelo, y es como si te afectara de forma más directa”, reconocía minutos antes de subir al escenario. Coincide con su hermano Antonio, que después se encargaría de grabar la actuación con su teléfono móvil, en el “agradecimiento a la Hermandad, que ha trabajado mucho para poder organizar el acto y que seguro que saldrá lo mejor posible”. Tanto, que ayer estaban convencidos de que Jorge Luis, “donde quiera que esté, seguro que lo está escuchando”.
Recuerdan a su hermano como un joven de 19 años apasionado por “su banda y por el fútbol, que eran su vida”. De La Amargura y del Real Madrid. También como alguien “que había estudiado, que había hecho sus cursos de Cocina” y al que la desgracia le sorprendió “trabajando, con su contrato, haciendo lo que le gustaba”, una vocación que le había llevado por los fogones de acuartelamientos como el de la Legión o el ‘Coronel Fiscer’ y también por los de uno de los restaurantes del Parque Marítimo. Es el recuerdo que prefieren conservar, no el de aquella noche en la que José Luis no regresaría a casa. “Yo iba en el coche con él en ese momento. Después del accidente le vi en el suelo y me imaginé lo que había ocurrido. Eso se sobrelleva como se puede. Prefiero no recordarlo, porque es peor. Estas cosas son ya para todo la vida”, asume Cristian.
Nacido en septiembre de 1992, Jorge Luis participó hasta en 63 conciertos y actuaciones de la Agrupación Musical de ‘La Amargura’. Su Hermandad le recordaba ayer como “un joven responsable, comprometido con su Agrupación y buen compañero con el resto de componentes”, de ahí que su fallecimiento “ocasionara un gran perjuicio en el ánimo de todos sus compañeros de banda”.  La iniciativa de dedicarle el memorial estrenado ayer partió de un miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad, que aglutinó “el sentir general”. “Esto era su pasión, por eso estamos tan agradecidos”, coincidían ayer sus hermanos.