Ceuta sigue arrastrando una enorme presión migratoria asociada a los menores. Es un hecho del que, aunque no se hable tanto como se debiera, sigue formando parte de esa problemática constante a la que se enfrenta la ciudad por el mero hecho de su ubicación geográfica.
El consejero de Gobernación, Alberto Gaitán, responsable político en materia de menores, mantuvo ayer, y lo hará en estos días, reuniones al más alto nivel para intentar la búsqueda de soluciones que evite la carga económica que no puede soportar la propia administración local.
Este lunes mantuvo una reunión con el secretario de Estado de Juventud e Infancia, Rubén Pérez, y la ministra del ámbito, Sira Rego. Se puso sobre la mesa la situación en la que se encuentra Ceuta con una sobreocupación del 500%.
En estos meses se han tenido que hacer malabares para dar con la fórmula de vías de acogida suficientes y dignas para los menores, disponiéndose de acuerdos con oenegés y ampliando al máximo las capacidades de las que dispone Ceuta.
Pero eso no son soluciones, son medidas extraordinarias para situaciones desbordadas a las que hay que poner solución.
El Gobierno central asegura que no se olvida de Ceuta, que está en la línea de dar con esas soluciones. Debe hacerlo porque esta ciudad no puede soportar mayor presión de la que puede aguantar. Olvidar esa obligación es ir contra los intereses de un gobierno local que ha sido leal.