Solemne parada militar por la Patrona de Infantería

El Acuartelamiento ‘González Tablas’ acogió ayer una solemne parada militar con motivo del día de la Inmaculada Concepción, Patrona del Arma de Infantería. La formación estuvo al mando del coronel jefe del Grupo de Regulares ‘Ceuta’, Sebastián Vega Murcia, y participaron las unidades Escuadra de Gastadores del

GRC nº 54, Mando y PLM.M. del Grupo de Regulares de Ceuta nº 54, Nuba del Grupo de Regulares, Música de la Comandancia General de Ceuta, Escuadra de Gastadores del Tabor, Mando y PLM del Tabor ‘Tetuán’, tres compañías del Tabor ‘Tetuán’, Escuadra de Gastadores de Bandera, Banda de Guerra del Tercio ‘Duque de Alba 2º de La Legión, Mando y PLM de la Bandera ‘Cristo de Lepanto’, y tres compañías de la Bandera ‘Cristo de Lepanto’.
El acto estuvo presidido por el Comandante General de Ceuta, José Manuel Sanz Román, quien felicitó a la guarnición y a los asistentes por la Patrona del Arma de Infantería, y a quien acompañaron los jefes de las unidades, centros y organismos de la plaza. El acto contó con representantes de ambas administraciones públicas, por parte de la Ciudad estuvo su presidente, Juan Vivas, y parte de su equipo de Gobierno, y de la Delegación del Gobierno, su secretario general, José Juan Espartero. Un integrante del grupo entregó un ramo de flores a la madrina de la Bandera del Grupo de Regulares de Ceuta nº 54, María Dolores Puya Rivas, esposa del presidente de la Ciudad.
En este acto militar tuvo lugar la imposición de condecoraciones. Por diversas resoluciones publicadas en el Boletín Oficial de Defensa se concedieron a varios militares la Real y Militar Orden de San Hermenegildo en la Categoría de Plata, la Real y Militar Orden de San Hermenegildo en la Categoría de Encomienda, la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Blanco, la Real y Militar Orden de San Hermenegildo en la Categoría de Cruz, y la Cruz de Bronce de la Cruz a la Constancia en el Servicio.
Además, hubo dos imposiciones de condecoraciones relevantes. La primera de ellas fue la Medalla Nacional del Cedro con Grado de Caballero, al general de Brigada Julio Herrero Isla, concedida por el presidente de la República Libanesa por Decreto nº 8777 de 27 de agosto de 2012. Esta condecoración fue impuesta por el comandante general de Ceuta.
La segunda fue la concesión de la Encomienda de la Orden del Mérito Civil al teniente coronel Federico José Navarro Quílez, por Resolución 562/04840/2013 de 5 de abril de 2013, Boletín Oficial de Defensa nº 72. El encargado de imponer la condecoración fue el general 2º jefe, Julio Herrero Isla. El resto de condecoraciones fueron impuestas por el comandante general de Ceuta, el general 2º jefe de la COMGE de Ceuta, el coronel delegado de Defensa de Ceuta, el coronel jefe del Tercio ‘Duque de Alba’ 2º de La Legión, el coronel jefe del Grupo de Regulares de Ceuta nº 54, y el coronel jefe del Estado Mayor de la COMGE de Ceuta.
Por otra parte, aprobado por el G.E. JEME, según mensaje de fecha 2 de julio de 2013, se concedieron las siguientes corbatas y cintas doradas, así como el derecho al uso en sus guiones: Al GRC 54, la corbata ‘Intervención en Kosovo’ 2002-2008, Cinta Dorada ‘SEP02-MAR03’ y Cinta Dorada ‘DIC07-ABR08’; y al Tabor ‘Tetuán I/54, la Corbata ‘Intervención en Kosovo’ 2002-2008, la Cinta Dorada ‘SEP02-MAR03’ y la Cinta Dorada ‘DIC07-ABR08’.
El coronel Sebastián Vega Murcia dedicó su alocución a la Patrona y a Infantería, de la que destacó “el esfuerzo diario en la mejora de la instrucción y el adiestramiento de nuestras unidades”, por el que sigue siendo “la esencia de la Infantería Española”.
El coronel recordó que hace ya 121 años que la Patrona “con su manto protege a sus infantes o los cubre cuando, exánimes, la Patria les devuelve agradecida el beso con el que sellaron su Juramento a la Bandera”. A los regulares y legionarios allí presentes les dijo que ellos son “la Infantería Española más joven, la más heroica, la más sufrida pero la más resolutiva”. Además, afirmó que formados en el Acuartelamiento González Tablas, “los más puros exponentes de esa Infantería Española” reivindicaban “su firme vinculación con la ciudad que les acoge”, añadiendo que “Ceuta, la cuna de La Legión, también presta su nombre a quien desde hace cien años ha hecho de esta ciudad su casa”.
El coronel manifestó que con el “esfuerzo individual” de cada militar se conseguirá tener “una Infantería digna de la gran Nación que somos. Sólo así seremos capaces de hacer realidad lo que dice nuestro Himno: Nuestro anhelo es tu grandeza, que seas noble y fuerte”. En su alocución también resaltó que se vio recompensada la labor del Grupo de Regulares por su participación en Kosovo, y finalizó pidiendo a todos los presentes que gritaran “a los cuatro vientos” un ¡viva España!, ¡Viva el Rey! y ¡viva la Infantería Española!, vítores que repitieron los asistentes en un soleado día de diciembre.

Emotivo homenaje a los que dieron su vida por España

Un acto militar más, el Ejército recordó a “los soldados de todos los tiempos, encuadrados en los ejércitos de España, que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor”. El homenaje a los que dieron su vida por España fue el momento más emotivo de esta parada militar. Depositaron la corona el general 2º jefe de la COMGE, Julio Herrero Isla, y el coronel Luis Manso López Marizatt. Al finalizar este emotivo homenaje se entonó el Himno de Infantería, otro de los momentos emotivos del día.

¿Por qué es Patrona de Infantería?

Cuenta la historia, por boca de un soldado de los tercios de Flandes, llamado Álvaro de Mejía, de lo acontecido junto al Río Mosa en la Isla de Bommel, realizando obras de fortificación. Agotados por los días de asedio y viendo que el suelo no dejaba profundizar, decidieron parar a descansar. Junto a ellos había una loma que parecía no estar afectada por el frío, por lo que se trasladaron a ella para realizar las trincheras, comprobando que el suelo cedía fácilmente. Cuando de pronto, un golpe de zapapico resonó con un sonido duro que emanó de la tierra, y al descubrir lo que creía sería una gran piedra de pedernal, sus manos hallaron unas tablas de madera policromadas con la imagen de la Virgen.
Es la madrugada del 8 de diciembre de 1585 y antes de que despuntase el sol, el maestre Bobadilla levanta a sus huestes para decirles que la Virgen Inmaculada les ha preparado el campo de batalla, apareciendo el mar y el río completamente helados, que les permitirá acercarse a las naves enemigas mientras sus tripulaciones dormían y alcanzan una completa victoria al amanecer de ese mismo día, contándose entre el botín de guerra diez navíos, toda la artillería, munición enemiga y 2.000 prisioneros. El milagro por la intercesión de la Santísima Virgen María se había consumado. Desde entonces, La Inmaculada fue considerada como Patrona del Arma de Infantería, aunque para el reconocimiento oficial de tal devoción fuese preciso esperar hasta la publicación de la Real Orden de 12 de noviembre de 1892.

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