Para Ángel Lara, presidente de la
Junta de Personal de
Ingesa en Ceuta, aunque la
posible reapertura de la frontera con Marruecos es una buena noticia, también supone una preocupación tomando en consideración lo que el flujo constate de personas significará para una ya saturada atención sanitaria, como consecuencia del déficit de personal y otras situaciones.
Antes de que se hablara de la posibilidad de que el
paso fronterizo se reactive más temprano que tarde, la Junta de Personal de Ingesa había
convocado a una serie de manifestaciones, durante cuatro jueves, en el Centro de Salud del Recinto, en el Centro de Salud de Otero y en el Hospital Universitario de Ceuta, con las siguientes exigencias: una atención primaria de calidad, mayor inversión en Sanidad Pública, aumento significativo de los recursos humanos, mejora en las infraestructuras, mejores condiciones laborales, la reducción de la temporalidad y la activación de la negociación colectiva.
Todas estas peticiones cobran más fuerzas considerando que el tema fronterizo repercute en el área sanitaria. “Hemos tenido dos años muy malos con la pandemia, con un sobreesfuerzo del personal” a lo que se sumará esa sobrecarga que generará la afluencia de personas del país vecino, tomando en cuenta las precarias condiciones del sistema de salud marroquí. Lara aclara que para los sanitarios aunque esto nunca ha sido un motivo de queja, refiriéndose a la atención a quienes lo necesiten, insiste en que esto supone una dificultad adicional a la que deben enfrentarse cuando abra la frontera.
Asegura que una de las lecciones que dejaron estos
dos años con la frontera cerrada y la pandemia, “es que tenemos una Sanidad con grandes carencias”. Insiste en que la queja no tiene que ver con prestarle atención sanitaria a los marroquíes que lo requieran, sino con una situación que debe ser tomada en cuenta cuando se establecen los ratios poblacionales. “Ese hecho hay que tenerlo en cuenta, si tenemos un flujo de población de personas que entran y salen a diversas actividades, eso hay que tenerlo en cuenta, porque eso al final termina en muchos casos repercutiendo en el Sistema Sanitario de Ceuta”. Explica que para atender a estas personas, necesariamente hay que tener más personal.
Pero resalta que antes de la pandemia, esto siempre había sido una de las reivindicaciones en la lista de exigencias, “que se tuviera en cuenta que no solamente eran 80.000 habitantes, sino 80.000 habitantes más los que puedan entrar o salir diariamente, que en aquellos tiempos antes de la pandemia era bastante”.
Lara recalca que indiscutiblemente este es otro elemento a valorar y señala que en el ranking de las comunidades autónomas, Ceuta se ubica en el último y penúltimo lugar con relación al número de trabajadores sanitarios y población a atender. Tomando en cuenta las características de la ciudad, atendiendo a las estadísticas del Sistema Nacional de Salud, “como media para colocar a Ceuta y a Melilla en un tramo medio de las comunidades, tendríamos que tener entre un 30 y un 50 por ciento más de los efectivos que se tienen, dependiendo de la categoría”.
Según los cálculos de Lara esto se traduce entre 300 y 500 trabajadores más de los que actualmente están, para situarse al nivel de otras comunidades. Más plantilla y con mejores condiciones laborales, esa es la prioridad para los sanitarios.
Peticiones que todavía no han tenido respuestas
“No nos tiende la mano nadie”, lamenta Ángel Lara. El presidente de la Junta de Personal de Ingesa en Ceuta recuerda que este jueves realizarán la tercera concentración “y no ha habido movimientos de ninguna clase, no ha habido movimientos por parte de la Delegación del Gobierno, no ha habido por parte del Ingesa en Madrid, ni del Ministerio”. Señala que una de las peticiones de más peso para ellos es que empiece a funcionar de una manera “clara y rotunda” la Mesa Sectorial de Sanidad, donde negocian las condiciones de trabajo, y que se desarrolle con una verdadera planificación que se traduzca en buenos resultados.