De la sentencia dictada por la Audiencia Nacional en torno a la adjudicación de la cantera de Benzú me quedo con una cosa: la transcripción del informe que en su día firmara el comandante general para avalar la concesión de este yacimiento a una empresa concreta. Llama poderosamente la atención que todo un mando militar se dedique a realizar conclusiones económicas sobre lo buenas o malas que pueden ser determinadas empresas para el beneficio de la ciudad. Cuando quien se tiene que dedicar a controlar una plaza militar se dedica a firmar informes en los que se habla de la economía, el desarrollo de Ceuta, los avances... y los adereza con alusiones a la defensa nacional, mejor es echarse a temblar. Algo no funciona bien o a lo peor el mando supremo ha equivocado su profesión y debió ser el fichaje de don Juan para el área de Economía en vez del elegido para mandar a las tropas en la tan sensible Ceuta. Sea como fuere, el hecho de que se produzca una implicación tan descarada en el ámbito militar provoca, cuanto menos, respeto y hasta cierto canguelo. ¿Qué pasaría si el informe se hiciera al contrario, que en vez de favorecer y poner por las nubes a una empresa hiciera lo contrario? Uf, con los militares hemos topado y con su servicio de espionaje también. Queda fresco en la memoria de unos cuantos que han optado por no olvidar, aquellas prácticas de espionaje a civiles encargadas con el dinero público que maneja Defensa.