Acostumbrados a denunciar lo que no funciona, a poner verde a los responsables, también cabe destacar la forma en la que se ha sabido reaccionar ante el covid con una de las mejores decisiones adoptadas: la habilitación de la explanada de Loma Colmenar para la práctica de test de antígenos. En cualquier otra ciudad esas pruebas no son gratuitas ni tampoco te encuentras facilidades para disponer de ellas al momento. En Ceuta se apostó por ello, siendo una de las mejores decisiones por la efectividad que se tiene a la hora de controlar los posibles contagios y de centrar los círculos en donde se concentran los afectados. Lo vimos con la celebración del Diwali, y la rápida reacción para citar a todos los que tuvieron algún tipo de contacto. Lo hemos visto ahora con el llamamiento a todos los que regresan del puente para verificar si tienen o no el virus. Son fórmulas rápidas, bien preparadas y claves a la hora de controlar los posibles brotes o el aumento de positivos.
La manera en que se ha organizado esta forma de reacción ha sido ejemplar, ofreciendo una medida que, de no cumplir esas características -barato porque es gratis y rápido porque se hace casi al momento-, habría causado rechazo entre una población que se mueve de forma constante no solo con desplazamientos a la Península sino también a Marruecos.
Cuando las cosas no funcionan debemos ser los primeros en afearlo porque es la única manera de encontrar esa reacción adecuada. Pero cuando no es así, cuando sí se acierta y además se hace con efectividad, debemos ser capaces de aplaudir una toma de decisiones que ha servido, y mucho, para tener controlados los casos de contagios y para encontrar facilidad en la manera de cuidarnos y cuidar a los que tenemos alrededor.
España, junto con Israel,l es citada regularmente en la prensa internacional (GB/F/D) como ejemplo de la lucha contra el COVID, mucho más pronta en reaccionar que otros países más avanzados.