Los sindicatos piden, además de vacunas, que se habiliten otros puntos

El plan de inmunización de los mayores de entre 80 y 90 años de edad de Ceuta avanza en la ciudad mientras se sigue ampliando el cupo de nuevos colectivos beneficiarios, desde este pasado miércoles con los agentes de la Guardia Civil y el pasado lunes docentes y no docentes de colegios e institutos públicos, concertados y privados.

Sin embargo, el empuje al proceso de vacunación no se refleja aún en el aumento del número de puntos habilitados para las inyecciones que desde el inicio de esta fase solamente son en el Palacio de la Asamblea y dentro del Hospital Universitario de Ceuta.

“Estamos viendo que necesitamos más vacunas, pero también más puntos”

Esta es una petición que sindicatos como Comisiones Obreras llevan tiempo haciendo y parece que no llega. Temen que el déficit de abastecimiento retrase la vacunación y demore la inmunización de la población, pero también consideran que contar con más puntos de vacunación agilizaría el proceso.

“Sobre todo lo que estamos viendo es que necesitamos más vacunas, pero también más puntos para poder poner esas vacunas. En otras comunidades autónomos se están utilizando lugares y espacios más grandes como polideportivos donde va la gente en su coche y les ponen la vacuna. Por eso mismo, nosotros veríamos bien que la Ciudad habilitara el embolsamiento de Loma Colmenar como punto de vacunación, además de dedicarlo a la realización de test de antígenos”, comenta el secretario general de la Federación de Sanidad de CCOO Ceuta, Ángel Lara.

Para el Sindicato Médico de Ceuta, que encabeza Enrique Roviralta, tampoco estaría “nada mal habilitar ese punto” y que se vaya citando a las personas para que acudan y se les vacune desde sus coches. Pero “fundamentalmente lo primero que hace falta son más dosis, más personal para vacunar y más puntos de vacunación”.

“El ritmo de vacunación es muy bueno, de los mejores de España”

Asimismo, siempre es necesaria la permanencia de estas personas en el lugar seleccionado, al menos, durante 15 minutos para observar posibles efectos de la vacuna.

Pese a que esta semana han llegado 700 vacunas más, este jueves Ceuta se queda sin vacunas dado el alto ritmo de vacunación y, por tanto, no se puede seguir vacunando ni viernes, ni sábado, ni domingo.

El objetivo del Gobierno de Vivas es inmunizar a la población ceutí en la mayor brevedad posible, pero desde este jueves no se va a poder vacunar a la población ceutí por falta de dosis. “El ritmo de vacunación en Ceuta es muy bueno, de los mejores de España, pero este tipo de interrupciones ralentizan todo el proceso. Es insuficiente la distribución de las vacunas a Ceuta, pero si se aumentara el reparto, sería necesario aumentar también el número de puntos”, explicaba Enrique Roviralta.

Dosis y vacunación

Ceuta ha recibido 6.220 dosis, de las que se han administrado 5.532 y está previsto que lleguen unas 3.000 vacunas más próximamente, aunque está a la espera de ser confirmado por el Ministerio de Sanidad. “No obstante, Alberto Gaitán decía ayer que se espera que en todo el mes de marzo lleguen a Ceuta un total de 4.540 dosis de la vacuna de las que 1.800 serán de AstraZeneca, 2.340 de Pfizer y 400 de Moderna”, continuaba Ángel Lara.

Por lo que, de ser así, según el Gabinete de Prensa de la Ciudad, se espera que a principios de la próxima semana se pueda retomar la campaña de vacunación lo antes posible y seguir con la estrategia del plan de vacunación. Lo que está claro es que habrá que esperar para la vacunación masiva en el embolsamiento de Loma Colmenar.

Docentes, agentes, bomberos y veterinarios ya se han vacunado

Este pasado lunes los docentes, los bomberos, la Policía Local y portuaria, veterinarios y psicopedagogos, entre otros colectivos esenciales, comenzaron a recibir la primera dosis de la vacuna AstraZeneca contra el COVID-19. A lo largo de la jornada pasaron por el punto de vacunación del Palacio de la Asamblea cerca de 260 personas que estaban convocadas para recibir la primera dosis. Se les administrará la segunda entre 10 y 12 semanas más tarde.

Los profesores, cuidadores y demás empleados del centro compartían cierto nerviosismo y emoción por recibir el pinchazo que llevaban esperando tanto tiempo.