Fernando Rueda está considerado el mayor especialista en España sobre espionaje. Durante los actos de celebración del Día del Libro 2019 visitará Ceuta y presentará su último éxito Yo confieso. 45 años de espía, un libro que lleva dos meses en las listas de los más vendidos.
–Tras ver todo el peligro y sufrimiento que ha tenido que pasar una persona infiltrada como lo es Mikel Lejarza, El Lobo, ¿realmente merece la pena ser espía?
–La dureza, los sufrimientos, los engaños y las mentiras fueron una parte importante de la vida de El Lobo a lo largo de sus 45 años como espía. Sin embargo, cuando lo analizas todo en conjunto y ves la parte positiva, merece muchísimo la pena. Haber conseguido detener a cientos de terroristas, haber estado identificando a gente que si no hubieras detenido hubieran seguido matando a inocentes, evitar que delincuentes se queden con medios de comunicación… Hay muchas cosas que merecen la pena.
–Me ha convencido a medias porque se ve muy duro...
–Es muy duro. La vida de infiltrados que yo conozco tiene una parte que es muy dura, pero también tiene una parte reconfortante. Luego está “el durante”, y es que hay personas a las que les encanta moverse en ese mundo de conspiraciones y engaños.
–¿'Yo confieso' es un libro que puede disfrutar el público que no esté familiarizado con el tema?
–En realidad no es un libro exclusivo para especialistas en el mundo del espionaje, aunque es posible que le encante a la gente que le gustan los espías. En realidad es una biografía de alguien que ha estado durante 45 años espiando, que ha influido en la historia de España y que ha tenido la capacidad de estar al lado de delincuentes, policías, guardias civiles, servicio secreto… es un libro que tiene un amplísimo abanico de gente a la que llegar.
–¿Es posible que a través de este libro Mikel reciba más reconocimientos que los que lleva hasta ahora?
–A veces las historias no dependen de la difusión que tengan. Mikel Lejarza no es su nombre real, tuvo que renunciar a su esencia para poder seguir trabajando en los Servicios Secretos, se ha jugado la vida en numerosas ocasiones y le han metido en la cárcel varias veces en virtud de su trabajo. Él es un agente negro, trabajaba mes a mes para el Servicio Secreto, en vez de tener una nómina cobraba en un sobre. Es al que menos se le agradecen las cosas y a pesar de ello, en el 2010 Félix Sanz, actual director del CNI, le concedió una medalla, aunque de nivel muy bajo. Si tenemos en cuenta que Mikel Lejarza es, sin ninguna duda, el espía español mas importante de toda la historia y las medallas que se otorgan en otros países, efectivamente es ridículo, pero sinceramente no creo que por el hecho de haber contado ahora su historia le vayan a dar más medallas. Lo que sí es verdad es que él está encantado con el reconocimiento de la gente, lo que le comentan o preguntan. Notar ese cariño es su mayor satisfacción.
–¿Fue muy difícil convencerle para realizar este proyecto?
–Conozco a Mikel desde hace años. Habíamos hablado muchas veces sobre su vida y he publicado bastante sobre sus memorias e historias. Sobre El Lobo se ha escrito mucho e incluso protagoniza una película. Lo que faltaba hasta ahora era que él mismo contara su historia, que contara cuáles eran los hechos y cuáles habían sido sus sentimientos. Por eso es un libro para gente que le interese la historia de España y que le interesen los ambientes, porque al final lo que él cuenta es su vida. Incluso participa su mujer, Mamen, que puede contar esa vida tremenda de la familia escondiéndose o de tener que sacar a los niños del colegio porque el juez informa que ETA puede intentar secuestrarlos. Toda esa historia ya estaba allí y Mikel estaba esperando al momento oportuno. Hace año y medio me dijo “Fernando, ha llegado el momento”, y nos pusimos a ello.
–¿Entonces el libro ofrece muchas cosas que todavía no se han contado?
–Mikel Lejarza cuenta muchas cosas novedosas. Lo que a mí más me ha sorprendido es que no se trata de un libro a la antigua usanza donde todo lo que hace el protagonista es correcto. Lo más llamativo es que relata cosas de las que él no está satisfecho de haberlas hecho o vivido, y sin embargo, las cuenta. Es la biografía de alguien que lleva 45 años viviendo en las alcantarillas del poder y que ha llevado a cabo muchos éxitos, pero también muchos errores, y con toda la valentía los reconoce.
–¿Ceuta sería un buen contexto para escribir un libro o novela sobre espionaje?
–¡Hombre, claro! Ceuta es una ciudad con un montón de espías escondidos entre sus paredes. Incluso habéis tenido una serie de televisión y, sin duda, da para mucho. Ceuta es una de las ciudades en las que más se ha potenciado en los últimos 20 años la presencia del CNI. Tras los atentados del 11M hubo una redistribución y potenciación de agentes del Servicio Secreto, y una de las ciudades donde se aumentó de forma considerable esa presencia fue Ceuta. Allí siempre se sospecha que hay células terroristas, por lo que sin ninguna duda daría para escribir no uno, sino varios libros.
–¿Cree que las series que se han puesto tanto de moda sobre narcotráfico o espionaje reflejan la realidad o las condimentan en exceso?
–Creo que depende de la serie. Nosotros mismos hemos tenido algún acercamiento para convertir en series el libro. Lo que tenemos claro es que tiene que haber cierta fidelidad a los acontecimientos y a la personalidad de los protagonistas. En virtud de esto creo que la televisión es buena porque acerca temas que la gente desconoce y que muchas veces a través de los libros no se llega. La gente me pregunta mucho sobre espías y una de las razones por las que la gente lo hace es a raíz de la película El Lobo. He visto series de espías que en realidad su ambiente es totalmente falso. Por ejemplo, en la serie de El Príncipe la sede del CNI es la antítesis de lo que es en realidad, no se parece en nada. Una serie necesita que la gente sepa que aquello que está viendo es muy parecido a la realidad.
–¿El hombre es siempre insustituible a la hora de realizar espionaje?
–El hombre es siempre insustituible en el Servicio Secreto. Estados Unidos cometió el gravísimo error de volcarse en el espionaje tecnológico antes del 11S. Para cualquier misión es imprescindible contar con agentes. Con El Lobo lo fue, pero en cualquier organización mafiosa, sea cual sea el tipo, necesitas tener a alguien dentro para saber cómo funcionan, ya sean blanqueadores de dinero, terroristas o traficantes de droga, no basta un dron o un micrófono, necesitas conocer todos los mecanismos y eso sólo lo puede lograr una persona.