La AMPA del colegio Ortega y Gasset lleva meses denunciando la avería de agua que afecta directamente a los niños de Infantil. La situación es tercermundista: las maestras tienen que transportar cubos de agua a los servicios para que los niños puedan disponer de un mínimo de higiene. Si esta situación hubiera durado una semana o a lo sumo un par, formaría únicamente parte de lo criticable, así sin más. Lo grave es que se lleva arrastrando meses sin que nadie intervenga con urgencia.
Cuando una lee este tipo de noticias y conoce las quejas de la AMPA le da por pensar si es posible que esto esté sucediendo a estas alturas en Ceuta, que haya un colegio en el que pase esto, que el problema se alargue y que los responsables miren hacia otro lado. Mientras, en el Pleno debatimos sobre lo divino y lo humano, nos ponemos a desvariar con proyectos o sacamos la lengua a pasear para criticar por criticar. Lo que a todos nos debería preocupar sigue sin atención, sin interés, sin reportar la mínima de las implicaciones de quienes tienen la obligación de resolver este tipo de situaciones.
No sé, es difícil de entender cómo no puede haber una solución inmediata a algo tan grave y cómo pasan los meses y se deja sin respuesta, teniendo como única crítica a una AMPA a la que, visto lo visto, no hacen caso.
Qué estaremos haciendo mal para mantener esos niveles, para tener tan malas infraestructuras, para dejar que la educación -clave para el futuro de nuestros hijos- discurra a unos niveles tan bajos sin que se reaccione como se debe.
Si algo tan básico como arreglar una avería para que estos pequeños puedan acudir a sus clases con normalidad no tiene enmienda en meses, ¿qué podemos esperar de otras actuaciones de mayor calado?
De inmediato, con la mayor de las urgencias debe existir un interés práctico para atender las demandas de padres y madres que ya no tienen a dónde recurrir para que finalmente les puedan hacer caso.