“Sí a la legalización de las drogas junto a la cultura de la educación”

El músico navarro, exlíder de ‘Barricada’, sigue al pie del cañón y presenta su último trabajo a las 23:00 en ‘La Sala’ l Antes, repasa temas polémicos.

Alma máter de la extinta ‘Barricada’, banda mítica del rock español, Enrique Villarreal ‘El Drogas’ sigue haciendo mucho ruido: a través de su nueva y poderosa banda y a través de su discurso atrevido en materias polémicas. El músico navarro atiende a El Faro antes de cruzar El Estrecho y actuar, traído por Música Cruda, desde las 23:00 en ‘La Sala’.
–¿Qué espectáculo trae a Ceuta?
–Es el recital que estamos haciendo para salas de pequeño y mediano aforo y en el que cuatro individuos se dejan la piel durante unas dos horas, más o menos. Pasaremos un rato agradable.
–‘Demasiado tonto en la corteza’ se titula el último disco.
–Sí, sí, así es. Es un triple disco, estamos en una gira que terminará a principios de este verano.
–¿Hay muchos tontos a nuestro alrededor?
–Me gusta hacer las cosas con varias lecturas, aunque en este caso tenga una bastante directa, directa en cuanto a que si hablo de gente que me ha podido rodear alguna vez, uno se termina dando cuenta de que alrededor tiene demasiado tonto. Realmente, la gente que importa es esa que forma tu núcleo pero que muchas veces es a la que menos caso haces. De todas maneras, creo que todos tenemos algo de tonto y en esa corteza se ve también a los listos de los cojones.
–¿Y de estos hay muchos?
–Los listos de los cojones en el asunto político está muy claro, vemos cada día casos de corrupción o votaciones a los mismos partidos y tal.
–O sea, que casi son peor los listos de los cojones que los tontos de la corteza.
–No, yo creo que somos peor los tontos de la corteza porque estamos manteniendo a los listos de los cojones (risas). De modo que hasta el momento en que no haya un empujón por parte de los tontos de la corteza, entre los que me incluyo, los listos de los cojones seguirán viviendo como Dios.
–Crear canciones es una manera de retratarlos, ¿no?
–Es una de las temáticas que me motivan, sí. Con la clase política, la verdad, no tengo mucha afinidad, aunque es verdad que no todos los políticos son iguales. A partir de ahí, analizo las situaciones sociales y veo cómo se nos maneja, cómo se nos hace tener miedo al diferente. Esto lo tenemos muy claro con la inmigración, que para mí es vergonzante.
–…Pues fíjese aquí en Ceuta…
–Es que parece que esas personas vienen de un lugar de lujo a quitarnos lo que tenemos aquí, a quedarse con la seguridad social, el trabajo, etcétera, cuando realmente deberíamos tener empatía con todas estas personas y entender que para que hayan tenido que dejar su lugar de nacimiento por querer buscarse la vida y sacar a sus familias hacia adelante, han pasado, y pasan, una tragedia individual enorme. Se tiran al mar porque sus familias pasan hambre y creen que van hacia el paraíso, que van a ser recibidos bien, y cuando se les reciben, se topan generalmente con políticas como la danesa.
–Los seguidores de ‘Barricada’ que puedan ir al concierto de esta noche, ¿se van a encontrar una banda más calmada?
–No, no, yo creo que al contrario. Estarán ante una banda más electrificada e incluso punk. Para música pausada tengo otras dos formaciones, en la que tocamos ‘rhytm & blues’.
–¿El mote ‘El Drogas’ obedece hoy en día a la realidad? Es decir, ¿‘El Drogas’ toma drogas?
–Sí, obedece en cuanto a que estoy por la cultura de la legalización junto con la cultura de la educación. Es decir, que cada uno sepa lo que se va a meter si se lo va a meter, qué consecuencias puede tener y que cada uno sea libre de tomar ese tipo de decisiones siempre que no joda a nadie. En el caso práctico, yo calculo que hace nueve o diez años que no me meto ninguna sustancia psicotrópica, también he dejado de fumar y no bebo alcohol. Lo único que hago es tomar café y trabajar en lo que me gusta.
–¿La música es ahora su droga?
–Sí, mi droga más activa. Y también escribir, porque acabo de sacar un libro para críos, hice uno de poemas y sigo componiendo canciones. Vivo una historia de lujo en cuanto a que un país en el que es tan complicado vivir de lo que a uno le gusta, yo sí puedo, así que soy un privilegiado.
–¿Qué droga le venía bien para componer y para tocar?
–Las sustancias han sido siempre aditivos, como cuando quedas con los colegas en el bar y te echas unas cervezas, donde es más importante la charla que la cerveza. Con ciertas sustancias pasa lo mismo. A mí lo que realmente me ha gustado y motivado, y de lo cual he sido en ciertas épocas esclavo, ha sido de mi trabajo, porque me encanta. Las musas, si es que existen, te tienen que pillar trabajando, con la guitarra en la mano. El trabajo ha sido mi único aditivo necesario.
–Si un padre se siente molesto de su alias porque entienda que hace apología de las drogas y prefiere que su hijo evite conocerlo, ¿usted se sentirá molesto o pasa del asunto?
–No me molesta y a la vez tampoco me da igual. Si alguien piensa eso con un criterio concreto y analizando las cosas, no me importa en cuanto a que es la opinión de una persona que he de respetar. Soy padre, soy más allá de padre, puesto que soy abuelo dos veces, y sigo siendo ‘El Drogas’. El mote lo utilizo como activismo. La ilegalización ha llenado las cárceles de pequeños traficantes, tenemos españoles repartidos por el mundo malviviendo entre rejas por intentar sacar dinero urgente y de pronto verse en una situación extrema… eso es lo que trae el tráfico de drogas. Y realmente quien se aprovecha de eso es gente muy relacionado con los estados, tanto de occidente como de oriente, como del este, como del oeste. El tráfico de drogas, además, tiene mucha relación con el tráfico de armas y con el tráfico de seres humanos, al igual que con la multinacional más grande: el hambre. Es interesante dar vueltas a todo esto, a la legalización.
–¿Sus nietos le llaman ‘El Drogas’?
–(Risas) Me llaman ‘aitatxi’, que en euskera significa ‘abuelito’, y otra gente me puede llamar desde Enrique a ‘El Drogas’, pero lo importante es que quien te llame, lo haga bien y entonces respondo.
–Última cuestión: Ceuta.
–Es la primera vez que voy a estar, tenía muchas ganas de ir, no sé, se me hace un lugar exótico. Luego, veo las noticias de la tragedia de inmigrantes que llegan allá, también a Melilla, y eso te acerca. Es una pena que al día siguiente tenga que irme, pues tocamos en Cartagena, pero espero que pasemos un buen rato en la ciudad.