De los alrededor de 600 servicios humanitarios llevados a cabo en un año por la Guardia Civil en Ceuta, más de la mitad han tenido que ver con rescates de personas llevados a cabo en el mar. Auxilios, intervenciones, salidas in extremis para salvar vidas de quienes intentaban cruzar los espigones para abandonar Marruecos.
Es el dato que refleja verdaderamente cuál es la presión que se ha vivido en estos últimos meses y que sigue registrándose con picos de entradas variables. El resto de servicios humanitarios se corresponden con las labores propias de la Guardia Civil de intervención en accidentes o sucesos en los que deban prestar apoyo, tales como el último incendio de gravedad ocurrido en García Aldave.
Los rescates llevan también pareja su otra estadística: la criminal. En el mismo periodo de tiempo, un año, la Guardia Civil ha detenido a unas 40 personas por su presunta relación con traslados de inmigrantes. Acusados de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, se trata de individuos que fueron interceptados en plena comisión de un pase de inmigrantes, sobre todo a bordo de motos de agua pero también sobre otras embarcaciones, muchas de ellas robadas en el puerto deportivo.
Ha sido un verano de constantes idas y venidas, de pasadores que han hecho el agosto a costa de traficar con personas, tanto en trayectos que consisten solo en el bordeo de los espigones como en los organizados para cruzar a la Península.
Algunos de los detenidos ya fueron sancionados con multas, otros con penas de prisión acordadas de 7 meses y medio, los hay también que se encuentran entre rejas en prisión preventiva a la espera de juicio, ya que pusieron en riesgo a los inmigrantes a los que explotaban.
Marruecos se vio también presionado por estos traficantes, llegando a reforzar la vigilancia en los espigones y deteniendo incluso a los autores, entre ellos vecinos de Ceuta que siguen privados de libertad en el vecino país.