Agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Ceuta han conseguido detener esta madrugada a los dos pilotos de una semirrígida de unos 8 metros eslora y motor de 300 caballos, que pusieron en riesgo la vida de los inmigrantes marroquíes a los que iban a pasar a la Península. Hicieron caso omiso a las órdenes de detención cursadas por los componentes del Instituto Armado dándose a la fuga de manera constante, llegando a chocar con un lateral de la patrullera oficial y jugando con el bienestar de los integrantes de esta travesía que podía haber terminado de manera trágica.
El Marítimo no cesó en su empeño por detener a los dos varones, que podrían haber partido de Ceuta, en concreto desde la playa del Sarchal, con más de una docena de varones a bordo, entre ellos un hombre de avanzada edad y otro que padece enanismo. Los cargaron como si fueran mercancía en una narcolancha, de las usadas para el tráfico de hachís a gran escala, iniciando así rumbo a la Península.
Los agentes con base en Ceuta localizaron la lancha gracias al aporte de información ofrecida por los equipos de visión nocturna, que fueron los que dieron la voz de alarma de esta salida ejerciendo de buenos guías para el Marítimo, cuya patrullera dio con los pasadores. La persecución ha sido una de las más arriesgadas para esta Unidad puesto que los pilotos ponían todas las trabas posibles para escapar, haciendo evasivas, desatendiendo las órdenes de detención, intentando embestir a la patrullera hasta golpearla… Y todo ello sin tener miramiento alguno hacia los inmigrantes que podían caer al agua y ahogarse, ya que ninguno iba dotado de chaleco salvavidas. Un auténtico crimen en potencia de los que desgraciadamente se ponen en evidencia en la Frontera Sur de Europa.
Atención de Cruz Roja en el puerto deportivo
Pero el Servicio Marítimo logró hacerse con los detenidos, poner a salvo las vidas de todos lo ocupantes e interceptar la lancha que fue trasladada hasta la base del puerto deportivo para, ahora, ser objeto de análisis por parte de la Policía Judicial de la Guardia Civil, con el propósito de investigar quiénes están detrás de este pase. Uno a uno todos los inmigrantes han sido atendidos en el puerto deportivo, a donde llegaron a bordo de la patrullera oficial. Allí, algunos desorientados, otros dando las gracias constantes a los agentes o lanzando gritos de ‘viva España’ fueron atendidos por el ERIE de Cruz Roja, que movilizó a dos de sus unidades hasta la base. Se les hizo entrega de ropa seca antes de su traslado a la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía, cuyos agentes están encargados de su filiación. Y los dos autores de este pase, los dos jóvenes que no tuvieron escrúpulos en actuar de esta manera y en poder provocar una auténtica masacre fueron identificados, cacheados y reseñados para su traslado a la Comandancia de la Benemérita, desde donde se iniciará todo el proceso para su puesta a disposición judicial con un rosario a sus espaldas de acusaciones. Porque este pase no ha sido uno más, ni mucho menos. Ha sido un ejemplo del más burdo desprecio a la vida de quienes pagaron por una travesía del Estrecho y estuvieron a punto de recibir la muerte. Su modo de enfrentamiento a quien representa la autoridad les va a salir muy caro.