Han peleado mucho para que el Monte Hacho se conserve y Septem Nostra espera que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Ceuta tenga en cuenta las alegaciones hechas al respecto que rechazaban de plano la urbanización del mismo con viviendas de segunda residencia. “Además de parecernos un auténtico disparate se planteaba carharse una de nuestras bazas medioambientales: el Hacho con su riqueza paisajística, su condición de utilidad pública o su riqueza de elementso patrimoniales”, apunta Pérez Rivera, presidentes de la entidad ceutí.
Pero Septem Nostra espera mucho más del nuevo documento que regirá el desarrollo urbanístico de la ciudad en los próximos años. “Nos gustaría que los que nos gobiernan reflexionaran sobre los límites del crecimiento de la ciudad ya que no se puede sostener ni el incremento de la población ni el del urbanismo ya que en la actualidad la capacidad de carga ecológica está ampliamente superada y eso es la base del problema que nos encontramos”, explican recordando que las carencias de agua y de energía son palpables a diario por los problemas generados en el suministro. A todo eso se añaden problemas como el parque automovilístico desmesurado, el caos circulatorio, la contaminación acústica y atmosférica resultante, la incapacidad de la ciudad de generar recursos para contribuir a ser autosostenible siendo además la ciudad española con mayor índice vegetativo del país. Por eso, desde Septem Nostra consideran que “las autoridades viven de espaldas a la realidad y piensan que se puede seguir creciendo pero hay muchos intereses que impiden que se centren en la reflexión sobre un PGOU adecuado para esta ciudad. Entre las propuestas, los ecologistas defienden evitar cualquier tipo de tensión ecológica y evitar el crecimiento por ser innecesario “cuando pueden recuperarse y rehabilitarse espacios en estado de ruina o incluso centrarse en recuperar todo el centro histórico de la ciudad”.
Recuerdan además que el plan no puede olvidar el principal objetivo, que es el de mejorar la calidad de vida de los habitantes de la urbe, para lo que insisten en la “creación de espacios que contribuyan a equilibrar la situación en la que estamos a través de equipamientos sanitarios, culturales y educativos que deben verse como una inversión a largo plazo que sin duda otorga beneficios a la ciudadanía”.
La Clave
Septem Nostra anima a las autoridades a hacer un ejercicio de reflexión sobre la necesidad de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que no necesariamente tiene que ir ligada al crecimiento urbanístico. Rehabilitar zonas en desuso como el cuartel del Brul o el centro histórico de la ciudad y construir equipamientos culturales, educativos y sanitarios en lugar de viviendas de segunda residencia sería lo más adecuado. “No hay que sacar rédito político inmediato de cada medida que se lleva a cabo. Invertir en la mejora de la calidad de vida del ciudadano es un gran beneficio a la larga y eso es lo que no se paran a ver los políticos”, explica la entidad.