La asociación ecologista Septem Nostra ha presentado siete alegaciones al proyecto del vial-puerto frontera, que ya están siendo evaluadas a fin de determinar cuáles de ellas pasarán a integrarse en la obra, y cuáles serán rechazadas. Los ecologistas abogaron en su día por un debate público sobre la necesidad o no del proyecto, anticipándose con su planteamiento a los resultados de este año de la OPE, que ha experimentado un importante descenso, lo que llevaría a cuestionarse la utilidad de dicho vial. Al hilo de esta cuestión, Septem Nostra apunta a la falta de explicaciones que justifique este proyecto, amén de otra cuestión fundamental: “qué se quiere resolver mediante la construcción del nuevo trazado” o si dicha infraestructura solucionaría el problema de tráfico, cuestión sobre la que la asociación plantea sus dudas, “las nuevas infraestructuras generan más tráfico del que son capaces de absorber”, indican.
Ante la falta de una adecuada justificación del proyecto de enlace puerto-frontera que denuncia Septem Nostra, los ecologista aluden al “innegable impacto medioambiental” de una intervención urbanística de esta envergadura que, además, ocuparía uno de los más importantes cauces naturales de agua y una de las más amplias zonas verdes de la ciudad. En este sentido recuerdan que el arroyo de Benítez está clasificado como zona verde en el vigente PGOU, y así se mantiene en la propuesta de avance del nuevo plan general. Es por eso que desde Septem Nostra llaman la atención sobre la necesidad de proceder al deslinde del dominio público hidráulico de este arroyo antes de considerar la viabilidad ambiental del enlace.
En el ámbito medioambiental, también aluden al trazado que afecta al monte de Benzú, declarado Monte de Utilidad Pública, lo que implica otorgarle el máximo grado de integridad y permanencia, así como la obligación de cumplir condiciones restrictivas para el cambio de uso forestal. Este aspecto es “fundamental” a la hora de considerar en el estudio de impacto ambiental, “algo que no se ha hecho”, apuntan los ecologistas. El cambio de uso forestal de un monte, añaden, cuando no venga motivado por razones de interés general, “tendrá carácter excepcional y requerirá informe favorable del órgano forestal competente y, en su caso, del titular del monte”. En esta misma línea critican la desaparición de un cauce natural de agua, cuyo encauzamiento de manera artificial a través de una tubería, “no garantiza la correcta evacuación al mar de aguas pluviales”. La pérdida de absorción del terreno una vez que se construya el vial “puede constituir una seria amenaza de inundaciones en la zona de desembocadura del arroyo de Benítez”.
En cuanto al importante movimiento de tierras que el proyecto implica, casi un millón y medio de metros cúbicos, Septem Nostra denuncia el grave impacto paisajístico en el conjunto de la ciudad que catalogan de “innegable”, en una transformación “permanente e irreversible”. En relación a esta alegación, los ecologistas recuerdan que esta construcción requiere un elevado volumen de material de préstamos, que en el proyecto se refiere a la cantera de Benzú, así como de vertederos en los que depositar el material sobrante. En el primero de los casos consideran que el único punto susceptible de explotación es el Mogote de Benzú, “sitio de elevado valor ambiental por albergar especies protegidas y ser un hábitat prioritario para la Unión Europea, además de Bien de Interés Cultural”. En el segundo caso, los ecologistas insisten en que el estudio de impacto ambiental no aporta datos sobre la zona en que se verterá el importante volumen de tierras.
De “auténtico despropósito” tildan los ecologistas la construcción de un vial de estas dimensiones junto a zonas residenciales en crecimiento, con la de Loma Colmenar y cerca del hospital. Además, han mostrado su preocupación por los efectos del túnel previsto bajo varios inmuebles de los Rosales, cuyos sistemas de cimentación “obsoletos” no fueron diseñados pensando en la posibilidad de instalar bajo ellos un túnel de grandes dimensiones, por lo que han solicitado un estudio monográfico para determinar la viabilidad de la construcción de dicho túnel.
Los ecologistas aluden a un error de diseño en el trazado del enlace
Ninguna de las alternativas planteadas se corresponde con la que desarrolla el proyecto de trazado, plantea Septem Nostra en otra de sus alegaciones. Aseguran que impide la conexión de la N-354 con el polígono de la explanada de Poniente y, sin embargo, el proyecto la corta, terminando en un fondo de saco junto a la estación de impulsión de la red de saneamiento. Ello obligará a que el tráfico hacia o desde Benítez-Benzú se tenga que efectuar únicamente por el eje Teniente General Muslera - Padre Feijoo,
Por otra parte, la conexión del polígono con la N-354 deberá hacerse volviendo hacia la avenida de España y pasando por el cruce del Sardinero, “lo cual implica que los vehículos, en particular los pesados tengan que hacer este recorrido para ir al Campo Exterior más occidental”.
Además, indican que un ramal que enlaza con Padre Feijoo tiene un solo carril que entronca en ambos extremos con sentidos opuestos, lo que “resulta ilógico e inviable al parecer que se haya perdido la continuidad del diseño por la división del plano general en hojas”.