SEPES recepcionará la obra del vial al nuevo hospital en un mes

La Entidad Pública Empresarial de Suelo (SEPES), dependiente del Ministerio de Vivienda, tiene previsto recepcionar la obra del vial al nuevo Hospital Universitario en el plazo de un mes.

De hecho se han fijado como plazo entregar la obra a la Ciudad como muy tarde el próximo abril. Esta actuación concreta pretende ser el salvavidas al que se aferra la Delegación del Gobierno para hacer frente a la generación de las largas colas que en los últimos meses se han producido en la carretera de la frontera, llegando a extenderse hasta la zona centro. La obra del vial, que parte de la antigua empresa de España Vinícola, hasta el clínico de Loma Colmenar entroncará además con la barriada del Príncipe a través del Puente del Quemadero. ¿Qué se persigue con este enlace? Poder ofrecer una solución alternativa a las colas en las que pueden quedar atrapados vecinos del Príncipe o los usuarios que acuden al hospital. En eso al menos confía la administración central.
El vial se incluye dentro de las actuaciones correspondientes al segundo plan de urbanización de Loma Colmenar que prevé, además de la creación de una red viaria aceptable, la puesta en marcha, en este año, de 113 viviendas por un valor inversor de 8,8 millones. El concurso de ideas estará previsto en el segundo trimestre de este 2011 y las viviendas vendrán a sumarse al cómputo global de 600 que se redistribuyen por toda la urbanización de Loma Colmenar. También hay una zona para espacio comercial e industrial.

Un problema a compartir

El pasado diciembre se convirtió en el claro ejemplo de periodo para una ciudad colapsada por las largas colas que hacían inviable no sólo el tránsito obligado para algunos vehículos sino que amenazaba el buen resultado de las ventas comerciales reclamadas por el sector marroquí.
Hubo jornadas en las que el tráfico resultó imposible, con retenciones de hasta dos horas, contabilizadas incluso por la Policía Nacional. Partidos políticos, asociaciones de vecinos y los temidos poderes económicos se sumaron en la crítica lacerante hacia la situación exigiendo medidas políticas que debían nacer de la propia administración central.
En esta tesitura se enmarca el vial incluido dentro de las acciones de urbanización de la segunda fase de Loma Colmenar con el que se pretende, en primera instancia, aliviar ese tráfico hacia el hospital o el Príncipe. Esa sería la solución inmediata, sin contar la luz verde otorgada al proyecto de enlace puerto-frontera que pretende servir para canalizar el tránsito que nace en el puerto y que se dirige hacia Marruecos a pesar de que la OPE y lo que arrastra ya no es lo que era. El Gobierno central ha optado por seguir adelante con la actuación, que se encuentra ahora en estudio de impacto ambiental.
¿Qué beneficios debería tener esta acción promovida por el Ministerio de la Vivienda a través de SEPES? Al menos los que espera el propio delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, que ya ha recorrido, sin atención mediática de por medio, los puntos que se verán afectados por este vial.
Fernández Chacón recibió a finales del pasado año las informaciones económicas sobre la bajada de ventas que, según los comerciantes, se estaban produciendo por las colas.
Según comunicaba la propia Confederación de Empresarios, las ventas a Marruecos suponen ya entre el 30 y el 40% de los ingresos anuales de los comercios, de ahí que ‘ponérselo’ difícil al tráfico rodado es igual que ponerse piedras en el propio camino además en periodos de crisis.
La propia CECE al igual que la Asociación de Comerciantes del Centro y la Cámara se unieron en la exigencia de medidas por la vía de urgencia para evitar estos colapsos disponiendo de vías alternativas. Eso a pesar de que la generación de las colas sea imputable a las deficiencias en los controles que llevan a cabo tanto las fuerzas de seguridad españolas como las marroquíes.
Con el vial de marras se quiere canalizar el tráfico que se dirija al hospital y a la barriada del Príncipe con lo que se desmasificaría el que se mantiene hacia el vecino país. Eso al margen de que se intente, diplomáticamente, alguna medida paliativa.
Si crítica fue la CECE durante las pasadas Navidades también lo fue la Cámara de Comercio que hizo hincapié en que estas colas estaban repercutiendo sobre un sector, el de comercio, ya de por sí dependiente de los compradores marroquíes: “¿Cómo queremos traer clientes de Marruecos si después les dejamos permanecer cinco horas atascados en sus coches?”, se preguntaba su máximo dirigente, Karim Bulaix.
La frontera del Tarajal como tal es inservible, anticuada, incapaz de absorber unos flujos cambiantes y una presión como la registrada ya no sólo el pasado año sino este mismo, con motivo de las rebajas. Según datos oficiales publicados por este medio el pasado diciembre, sólo en 2010 se dispensó un 18% más de pases de favor, es decir, aquellos que autorizan la entrada de marroquíes que van a estar en Ceuta sólo ese día, sin derecho a pernoctar, porque se supone que vienen a comprar o a la realización de algunas tareas. En cifras se refiere a 16.000 personas, al margen de los porteadores. Sólo en los primeros días del año se ha detectado además un aumento notable de marroquíes que vienen estrictamente a comprar atraídos por las rebajas. ¿En cifras?, unas 1.000 personas. Este es el turismo marroquí que tenemos y que soporta una frontera incapaz de canalizar con la agilidad que se requiere no solo la salida y entrada ágil de ese cliente marroquí sino la de todo el comercio que se genera en su entorno. La tendencia apunta a un tráfico cada vez mayor que la actual infraestructura es incapaz de asimilar.