Mil entradas en el agua, mil canciones de mañana, donde se juntan tus maneras y el encanto de las olas.
Salta, cuando viene hacia mi ser, aquella ola, que desea refrescar y tan contento me pongo que soy el hombre más agradecido del mundo.
Hoy estoy en la cama y me acuerdo de aquellas sensaciones, tan agradables, tan emocionantes, que se me erizan los bellos de mi querido cuerpo.
Busco el consuelo, en una ducha donde mi imaginación, cuenta un cuento tan bello que me da alas para decir: "Gracias querido mar, por lo que me ofreces, por todo lo que das y no puedo imaginar ".
Escucho un vehículo y pienso que alguien se acordó de mí y me va a llevar a algún sitio que sea accesible para mis delicados pasos y tener esa nueva relación entre la humedad y mi delicado Ser.
Sonrío al pensarlo, ¿qué daría por realizarlo?
Vientos del mar que me vistes crecer, que me distes vocación por tus vistas, tus halagos hacia todos los instantes del día y yo aquí añorándote, esperando oler nuevamente tus instantes donde embravecido estás y mi olfato se impregna de esas fragancias, esos recuerdos de una vida intensa y con una sola obsesión, ver y estar junto a mi querida mar.