Este es el nombre que ha adoptado un movimiento social italiano, inspirado por el fenómeno francés “Les Veilleurs” surgido a raíz de las movilizaciones contrarias a la aplicación de los denominados “neoderechos” que no son otros más que la implantación fanática de una ideología de género mediante los cuales todos perdemos libertad de expresión y pensamiento.
Sentinelli in Piedi se define como una resistencia ciudadana por la libertad de expresión y la protección de la familia natural basada en la unión entre el hombre y la mujer. Nada que objetar a uniones de otro tipo. Estos sentinelli se oponen a la equiparación de los nuevos modelos de unión social con el matrimonio, ya que con esto se diluye y degrada la célula base de la sociedad, cuyos orígenes y razón son una estrategia biológica para la supervivencia y bienestar de la prole. Nada más injusto que tratar por igual a quien no lo es.
“De pie, en silencio y todavía despierto”. Ese es uno de los lemas con el que se manifiestan paseando mientras leen libros como signo de la educación continua que todos necesitamos constantemente, siempre apuntando en la misma dirección símbolo de un futuro mejor.
La aparición de estos movimientos es una respuesta clara a una Unión Europea que se ha olvidado del humanismo y que, ahora busca con ahínco sentar sus bases en asuntos netamente económicos. Véanse para ello, los acuerdos adoptados por el parlamento europeo o cualquiera de sus comisiones y comisarías.
Nos acercamos con celeridad a unas elecciones europeas en las que el descontento social, traducido en escasa participación, va a marcar y traspasar la ambigua línea de la legitimidad democrática, conformando un parlamento europeo desacreditado y obcecado en su peculiar visión de bienestar social que pasa por las vertiginosas cifras de sus salarios y otros datos macroeconómicos.
Difícil discurso van a tener los grandes partidos si se empecinan en contarnos sus objetivos a base de guarismos económicos y no de hechos concretos que se interpreten en forma de mejora social. Problema del que sin duda alguna sacarán provecho los partidos unipersonales como Rosa Díez, los trasnochados comunistas, y los de nuevo cuño como Vox.
Aunque la mejor política social es aquella que genera empleo en libertad y esto se basa en datos económicos, no podemos olvidar la segunda parte, en libertad, porque los regímenes de esclavitud ya hace tiempo que se abolieron y las revueltas sociales no son patrimonio exclusivo de países árabes.
En las europeas votamos los muy cafeteros, los que tenemos algo de conciencia política, eso lo sabe hasta el último mono de cualquier comité electoral, así que deberán estar ojo avizor y no ignorar el anuncio de los sentinelli: “no es posible silenciar la conciencia de los que tienen los ojos abiertos”. Esperemos que no nos lo cierren a mamporros.