Vuelve la tradición. Ceuta es de nuevo foco de la máxima expresión del fervor y el respeto de todo un pueblo hacia su Señor, el Cristo de Medinaceli. Esta tarde partirá de la capilla en la barriada del Príncipe para emprender camino hacia su casa de hermandad. Miles de ceutíes esperan cada año poder acompañarle, estar a su lado, rezarle, pedirle, mirarlo o, simplemente, respetarlo. Es uno de los actos más preciosos de esta Semana Santa que empieza a caminar. Un acto que forma parte ya de la historia de la ciudad, en donde se vuelcan todos los ceutíes sean de la religión que sean. Porque el Señor de Ceuta es el Señor de todos y su respeto está por encima de cualquier cosa. Desde el Príncipe, su barrio de donde nunca debe ser movido, seguirá su ruta para encontrarse por el camino con todos los que le esperan. El dispositivo está preparado, con la implicación de todos los que tienen algo de responsabilidad en el traslado. Tal y como ya pasó en 2018, no habrá liberación de preso en la cárcel, una tradición ya perdida desde que funciona la de Mendizábal, aunque habrá que esperar al Lunes Santo para vivir ese otro momento glorioso que, en esta ocasión, se ha acordado que sea la Casa de Hermandad. Ceuta empieza a vivir una Semana especial que debe ser así con la implicación de la ciudadanía, con su colaboración para que todo funcione de manera adecuada y se vivan con el respeto debido todas las procesiones.